Innovació i solucionisme.
El culto a la innovación propone una idea muy restringida de la tecnología, y trata de que esa sea la única forma de verla. Promueve las ideas de determinismo y fatalismo tecnológico: la tecnología determina a la sociedad y su avance es inexorable, tenemos que adaptarnos a ella, nos viene dada. Y, además, invisibiliza otros aspectos y otras tecnologías.
El historiador David Edgerton se fija en el preservativo: no se suele incluir en la historia de la tecnología, pero ha logrado frenar epidemias, controlar la natalidad y potenciar la libertad sexual. Pero lo que aparecen son los aviones y los ordenadores. ¿Por qué? Porque no se considera suficientemente sofisticado.
Hay tecnologías que han motivado a científicos a explicar su funcionamiento. La tecnología no siempre es fruto de la ciencia.Un ejemplo clásico es el de la máquina de vapor, que se creó antes y ayudó a fundar la ciencia de la Termodinámica.
Los gurús elogian a empresas como Airbnb, pero luego, cuando provocan problemas urbanísticos, guardan silencio. Lo mismo vimos con los ordenadores y los móviles: hace no tanto era imposible pensar la escuela sin ellos, ahora hay países que los están retirando, la educación es peor. Los líderes de Silicon Valley llevan a sus hijos a escuelas sin tecnología. En Cataluña ha surgido un fuerte movimiento contra la exposición de los niños a los móviles. Las cosas no son tan impepinables.
Pensar que la tecnología asegura el progreso social es insostenible. Nos dicen que la solución también está en la tecnología. Evgeny Morozov llama a esto solucionismo.
Hay quien quiere paliar el cambio climático sin cambiar nuestro modo de vida, mediante la geoingeniería. Poner paneles gigantes a millones de kilómetros de la Tierra para frenar la luz del Sol. Es una barbaridad. Se piensa que la solución es siempre más tecnología, pero también puede haber soluciones sociales o políticas.
Los neoliberales, y no solo ellos, piensan que el crecimiento puede ser infinito. Pero cuando se acaban los recursos, ¿cómo seguir? La innovación ofrece una pauta: siempre habrá innovaciones y así no tendremos que enfrentarnos a los límites.
Antes asociábamos la tecnología a otra figura mítica: la del inventor. Ahora son innovadores y emprendedores. No son genios locos rodeados de aparatos, sino gente que quizás no tiene ni formación técnica, solo un MBA. Ha cambiado el sujeto de la innovación, está más vinculado al negocio.
Se ofrecen para convertir empresas, universidades, etcétera, en focos de innovación. Algunos son muy conocidos. Ferran Adrià, conocido como cocinero innovador, considerado el mejor del mundo. No entiendo por qué, pero alguien le debió convencer de que tenía el secreto de la innovación y generó una cosa llamada Metodología Sapiens. Explica cómo ser innovador en cualquier ámbito, incluso en centros de investigación científica donde trabajan, por ejemplo, físicos fotónicos, a los que les parece todo muy raro. Que seas innovador en un ámbito no quiere decir que lo seas en otro.
Sergio C. Fanjul, entrevista a Eduard Aibar: "Hay un movimiento contra la exposició de los niños a los móviles ...", El País 07/12/2023
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