Diferents, però iguals.



¿No es cierto que en nuestras ciudades se protege la diversidad? Ah, amigo, ahí está una de las trampas que desvela Byung-Chul Han: diversidad es un concepto diseñado para satisfacer nuestra necesidad de autenticidad, pero ambos, diversidad y autenticidad, son solo envoltorios con una etiqueta sugerente. Marketing: “La diversidad solo permite diferencias que estén en conformidad con el sistema". Representa una alteridad que se ha hecho consumible. Al mismo tiempo, hace que prosiga lo igual con más eficiencia que la uniformidad, pues, a causa de una pluralidad aparente y superficial, no se advierte la violencia sistemática de lo igual. La pluralidad y la elección fingen una alteridad que en realidad no existe”, asegura el filósofo. Por otra parte, “el imperativo de autenticidad desarrolla una obligación para consigo mismo, una coerción a cuestionarse permanentemente a sí mismo, a vigilarse a sí mismo, a estar al acecho de sí mismo, a asediarse a sí mismo. Con ello intensifica la referencia narcisista. El imperativo de autenticidad fuerza al yo a producirse a sí mismo”. Resulta difícil ponerle alguna pega.
El análisis de Byung-Chul Han es tan lúcido que da vértigo. ¿No es cierto, como afirma, que en nuestra carrera a ciegas hacia la autorrealización y a la autooptimización, en el transcurso de esa yincana en la que vamos obteniendo la habilidades que se supone que debemos obtener para ser productivos y que hemos reflejado en los primeros párrafos de este artículo, nos vamos agotando, quedamos extenuados y para colmo somos cada vez más iguales? ¿No es cierto que si todos queremos ser diferentes, somos iguales en querer ser diferentes? Decimos mucho, pero escuchamos poco. Las redes sociales, sin caer en lo apocalíptico, son cajas de eco. Una escucha real, la que propone Chul Han -porque en La expulsión de lo distinto, el filósofo propone-, tiene más que ver con vaciarse para acoger al otro que con participar y emitir juicios. Habrá que ir remediando todo esto, tendremos que ir recuperando la capacidad para relacionarnos con lo que nos es de verdad ajeno si no queremos, como se atreve a pronosticar el autor, que en un futuro, quizás, la carrera de moda, la que nos ayude a diferenciarnos o al menos a tener un empleo asegurado, sea la de oyente.
Eduardo Almiñana, Yo, yo mismo y el eco: 'La expulsión de lo distinto', por Byung-Chul Han, valenciaplaza 26/02/2018

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