La intel·ligència de les màquines.


¿Es el argumento de la habitación china definitivo o tienen razón sus críticos? Creo que a día de hoy nadie puede negar que las máquinas son inteligentes, sea cual sea nuestra noción de inteligencia (definirla es uno de las grandes controversias de la psicología). Indudablemente son mucho más inteligentes que nosotros en tareas específicas y en entornos muy formalizados, aunque todavía son muy estúpidaspara tareas generales y entornos confusos (el gran reto de la IA es la IAG), aunque, poco a poco, van mejorando.


¿Comprenden lo que hacen? Si entendemos comprender por realizar operaciones siguiendo conocimiento semántico, sí, desde hace muchísimo. Un ejemplo muy claro está en SHRDLU de Terry Winograd, un programa creado a finales de los años sesenta del siglo pasado, capaz de explicar verbalmente su comportamiento en un entorno tridimensional de formas geométricas. SHRDLU cumplía instrucciones a partir de información semántica y era capaz de explicar por qué hacía lo que hacía.
Sin embargo, si entendemos comprender en un sentido fuerte tal y como lo hace Searle, como tener conocimiento consciente de algo, tenemos que sostener que las máquinas, al menos a día de hoy, no comprenden absolutamente nada ya que son absolutamente inconscientes. Por mucho que nos diga la IIT, mi tablet no tiene consciencia en ningún grado. Tendrá todavía que pasar mucho tiempo hasta que nuestro conocimiento del cerebro avance y podamos replicar computacionalmente los mecanismos biológicos que generan consciencia.
Santiago Sánchez-Migallón, Dentro de la habitación china: ¿algún día sabremos si las máquinas piensan?, xataka 12/02/2018

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