L'accés a la bellesa.







Si Kant leyera estas líneas nos diría que este sentimiento, como el de la belleza, no se produce por la mera contemplación del horizonte o de una obra de arte (¡como si hubiera cosas bellas por sí mismas!), sino que tiene que ver con quien mira y no con lo mirado. La belleza está en nosotros o, mejor, es a través de nosotros mismos como podemos acceder a ella. Exactamente por lo mismo cuando Mark Rothko piensa en los murales que integrarán la capilla de Houston (1964-1967) es fiel a su idea de que la obra por sí sola no tiene valor porque la experiencia estética solo se produce en el encuentro entre la pintura y el espectador “activo”.

Ana Carrasco-Conde, Algo en lo que creer, El Cultural, 19/94/2022

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