Quin és l'interès de l'esquerra?
Hasta donde recordamos, la izquierda era un posicionamiento con aspiración de mayorías, orientada hacia lo público y dispuesta a ordenar los poderes económicos para lograr la igualdad. La tendencia liberal progresista, en este siglo XXI, se centra en la valoración de unas identidades individuales que intercambian privilegios y opresiones, por lo que la resolución de sus conflictos pasa por corregir las actitudes no deseables mediante representaciones, lenguaje y deconstrucciones: parece la revancha de los psicoanalistas contra el escritor barcelonés. Sin duda la ultraderecha caricaturiza estas posiciones mediante sus guerras culturales. Sin duda que el hombre cishetero blanco carnívoro sea el centro de muchos debates progresistas, por encima de bancos de inversión y agencias de calificación, facilita la caricatura.
Nunca se ha tratado de una elección entre derechos laborales y civiles, entre redistribución o representación, sino buscar aquello que nos igualaba en nuestra enriquecedora diversidad. La inestabilidad de esta crisis de ciclo largo ha revitalizado la tendencia laborista en la izquierda, la primacía de las políticas útiles sobre el inabarcable reino de la diferencia identitaria. Sin embargo, como si de un complejo se tratara, se echa en falta el arrojo para construir al lado del vulgar farmacéutico comunista antes que recibir la bendición del singular clochard maoista. La audacia en reconocer que nuestros tiempos requieren de un decidido elogio a la normalidad: la izquierda no tiene que asaltar lo que le pertenece por derecho.
Daniel Bernabé, Por derecho propio, El País 10/05/2022
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