Respuesta a Ignacio Castro de Manel Villar







Dios ya tuvo su momento, no creo en la necesidad de resucitarlo. Nadie está por la labor, a lo mejor tú eres la excepción. Tampoco creo que sea necesario y puede que incluso contraproducente. Sí que estoy de acuerdo contigo que bajo el manto divino se escondían nuevos mantos y bajo estos, otros, indefinidos mantos, a la manera de pequeñas muñecas rusas (sí, siempre nos quedará Rusia) encajadas bajo otras más grandes. En un momento se pensó que rota la primera muñeca se venía abajo todo el tinglado, aunque por lo que parece las pequeñas muñecas cobraron vida propia. El problema no es que nadie crea, sino que se cree demasiado, existe una epidemia de creencias como muñecas en las tiendas de souvenirs.

Tu tarea parece ser es la de recuperar los mejores fragmentos conservados que sirvan para restaurar la original, pero dudo que el resultado sea el óptimo. A pesar que la técnica del pegado haya mejorado y el asesoramiento arqueológico busque liberarse de todo anacronismo, difícil será no apreciar las costuras, aunque casi invisibles, que conectan y delimitan las diferentes piezas.


Ya los griegos destacaron la hybris, el endiosamiento, como una constante humana, aunque tuvieron que pasar siglos para entronizar la figura del hombre en el centro, desde entonces el proceso parece que no tenía intención de detenerse. La tecnología al hombre le ha sido de gran ayuda, le ha llevado de la mano a lo largo de este camino para situarlo por encima de Dios. Sin embargo, la acompañante en cualquier momento, no demasiado lejano, si ya no se ha dado, le presentará la factura del servicio; la criatura va a poner de rodillas a su creador, de la misma manera que éste lo hizo con el suyo. Lo ilimitado del sueño tecnológico (re)ahogará a Narciso en su propia salsa hasta que quede reducido en la mayor de las insignificancias.


¿Sería esta humillación e irrelevancia de lo humano la condición, que como algunos ya plantearon, para que pueda reavivarse de nuevo la llama de la creencia en Dios? Desde la perspectiva de una teodicea actualizada, la ausencia divina sería el estadio necesario para preparar su apoteósico regreso. Para eso, la diabólica máquina habría sido sin saberlo cómplice de Dios durante un período de tiempo que ha allanado el camino para recobrar el lugar privilegiado que le corresponde.


Tú dices el “silencio de Dios” es necesario: la crueldad, la muerte incluso de inocentes, el genocidio, Eurovisión y Chanel … ha de entenderse como una oportunidad. Qué grande es la sabiduría divina y qué necios los humanos. Un eslogan que circula en el circuito de la literatura de la autoayuda viene a decir casi lo mismo: en China a la crisis le llaman oportunidad. No estoy seguro si los divulgadores de este lema han leído a Leibniz.


De verdad, que tus palabras me han generado muchas ideas, no te las he respondido todas, tu pensamiento es denso y parece que está bastante consolidado, yo necesito todavía recuperar el tema religioso que tenía olvidado y que tu entrevista me ha hecho recordar. Si quieres más adelante podríamos contrastar más cuestiones cuando lo tenga más elaborado. Como escribe Hume en el libro X de Diálogos sobre religión Natural: “Las viejas cuestiones de Epicuro continúan sin encontrar respuestas: ¿Dios quiere prevenir el mal, pero no puede? Entonces es impotente. ¿Puede, pero no quiere? Por tanto, es malévolo. ¿Puede y quiere? Entonces, ¿de dónde sale el mal?”.


Acabo con una anécdota de judíos en relación a la “indiferencia” de los dioses respecto a los affaires humanos: “Esto va de dos judíos que están contando chistes sobre el Holocausto. De repente aparece Yahvé: ¿Cómo os atrevéis a hacer bromas sobre el Holocausto?, les pregunta. Y los judíos al unísono le responden: “Y tú qué sabes si no estabas?”.


16/05/2022

 

Gracias por estimularme.

 

Nos vemos

 

Manel

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