Sociologia i pandèmia








Una de las herramientas para el cumplimiento de normas a nivel individual son los 'nudges', pequeños acicates que pueden "ayudar a convertir las pequeñas recomendaciones en hábitos", como explica Marta Cerezo Prieto, investigadora de la Universidad de Salamanca especializada en el tema. "Parten de la premisa de que nuestra mente es imperfecta, no siempre tomamos las decisiones más convenientes para nosotros mismos ni para la sociedad en general", añade. "Todos tenemos una serie de sesgos cognitivos que nos limitan o desvían, en mayor o menor medida, en el momento de procesar información".

"No basta con los carteles con mensajes como 'ponte la mascarilla', es necesario promover un uso correcto de la misma", recuerda. Algunos ejemplos que propone son, por ejemplo, la facilidad de acceso, colocando dispensadores de gel en lugares visibles o llamativos, o señales visuales que permitan establecer la distancia de seguridad, pero también la claridad en los mensajes o la coherencia. Los 'nudges' deben ser libres (no pueden imponer una opción), no deben conllevar recompensas financieras y deben promover comportamientos buenos para el individuo y para la sociedad.

La mayor parte de diagnósticos y decisiones han obviado condicionantes como la movilidad, la densidad poblacional, el urbanismo, la ocupación laboral (quién puede teletrabajar, quién no) o la ausencia de estímulos para cumplir esas medidas. Como recuerda Miller, "no ha habido en ninguno de los comités ni sociólogos ni antropólogos ni expertos en geografía urbana ni humana. Solo se ha ido incorporando economistas y una psicóloga".

Algunas de las cuestiones que se han debatido durante las últimas semanas como el confinamiento por barrios o en qué debe consistir ese confinamiento tienen "todos los ingredientes de un problema sociológico, con diferencias de partida que influyen en la capacidad de las personas de cumplir o no cumplir". Factores que no han sido observados, por ejemplo, a la hora de acompañar restricciones con medidas complementarias para aliviar su impacto.

El cierre de los parques y de otros lugares públicos, una de las primeras medidas que se ha tomado para atajar el virus en muchos municipios, es junto con la obligatoriedad del uso de la mascarilla en la calle el síntoma de que una percepción equivocada ha penetrado también en la mente política: que los desconocidos en lugares públicos son más contagiosos que los familiares en entornos privados. Dos esferas que en muchos casos se reflejan en entornos abiertos (menos peligrosos) y cerrados (más peligrosos).

"En este sentido, los sesgos de autopercepción optimista acechan: 'En mi familia somos muy responsables', 'casi no salimos de bares', 'ninguno de nosotros tiene síntomas'...", recuerda Cerezo. Sin embargo, en las reuniones familiares pueden llegar a producirse casi la mitad de los brotes. Es posible que uno de los factores que expliquen el aumento de contagios durante los meses de verano, en el que las familias se han reencontrado tras un confinamiento estricto, sea este. "No es un 'pilla a pilla' en el que en casa estemos a salvo".

Miller saca a colación el término de cooperación hipócrita a este respecto: apoyar en público el cumplimiento de una norma que no se acata en privado. Es decir, la vigilancia mutua en entornos públicos como las calles ha servido para llevar mascarilla en todo momento y reprender al que no lo hiciese, pero también para que en círculos con cierta confianza esas medidas se relajen. El "total, aquí no nos ve nadie".

Para el sociólogo, la medida, que no se repite en otros países de nuestro entorno, es una mala política que genera más problemas de los que soluciona. "Si todos los epidemiólogos están insistiendo en la importancia de la mascarilla en espacios cerrados, ¿por qué el mensaje no es este?", se pregunta. Como recordaba, el cierre de parques y el uso de mascarilla en lugares amplios "van de un efecto nulo a uno contraproducente, ya que obligan a pasar más tiempo en espacios cerrados, en muchos casos en bares y restaurantes, sin mascarillas".


Héctor G. Barnés, Los errores que no habríamos cometido si escuchásemos a los sociólogos, El Confidencial 04/10/2020
https://www.elconfidencial.com/espana/2020-10-04/errores-cometido-sociologos-coronavirus_2773344/?fbclid=IwAR3KGGYifTjrDgqmfpXu53ff7o1ZWuu21bjj-0L6DGEylC1C4c4Ijj_WADc









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