Intel·ligència Artificial i creativitat.
Por lo general las definiciones de la creatividad giran alrededor de tres ideas: la creatividad es el impulso que nos lleva a crear algo que sea nuevo, sorprendente y valioso.
Todos acabamos anclados en ciertos patrones de pensamiento. Creemos intuir cómo evolucionarán las cosas y de repente nos vemos arrastrados en una nueva dirección. Este elemento sorpresa nos hace recapitular y tomar consciencia. Probablemente por eso nos entusiasmamos cuando nos topamos con un acto creativo, ya sea nuestro o de otros.
... un enfoque nuevo y sorprendente del arte narrativo, la arquitectura o la música que empiece a ser adoptado por otros y que cambie nuestra forma de ver o experimentar las cosas será generalmente reconocido como valioso. Esto es lo que Kan denomina "originalidad ejemplar", un acto original que se convierte en una inspiración para los demás. Durante mucho tiempo se ha creído que esta forma de creatividad es específicamente humana.
Sin embargo, todas estas expresiones de creatividad son, en cierto nivel, productos de la actividad neuronal y química. Se trata de la programación humana, de nuestro código fuente, que durante millones de años de evolución se ha ido perfeccionando en nuestros cerebros. A medida que se empiezan a desentrañar los brotes creativos de la especie humana, se comienza también a ver que hay reglas en el corazón del proceso creativo. ¿Podría ser nuestra creatividad algo más algorítimico y basado en reglas de lo que estaríamos dispuestos a reconocer?
Al interactuar con el arte que nos conmueve y comprender lo que lo distingue de lo trillado y repetitivo, ¿podría una máquina aprender a ser creativa? Y no sólo eso, ¿podría ampliar nuestra propia creatividad y ayudarnos a exprimir nuestras capacidades?
Para ser creativos necesitamos una sacudida que nos saque de los caminos trillados. Aquí es donde una máquina podría ayudarnos: tal vez podría darnos esa sacudida, lanzarnos una nueva sugerencia e impedirnos repetir sin más el mismo algoritmo cada día. Las máquinas podrían, en última instancia, ayudarnos a actuar menos como máquinas y más como seres humanos.
¿Puede un ordenador iniciar este tipo de cambio de estado y llevarnos a un nuevo ámbito musical o matemático' Parece todo un reto. Los algoritmos aprenden a actuar en función de los datos con los que interactúan. ¿No implica esto que siempre se verán condenados a producir más de lo mismo?
Como dijo Picasso una vez. "El peor enemigo de la creatividad es el sentido común". Eso suena en gran medida como algo bastante opuesto al espíritu de las máquinas. Sin embargo, se puede programas un sistema para que se comporte irracionalmente. Se puede crear una metaregla que le indique un cambio de rumbo.
Marcos du Sautoy, Programados para crear. Cómo está aprendiendo a escribir, pintar y pensar la Inteligencia Artificial, Barcelona, Acantilado 2020
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