L'educació cínica (Michel Foucault)
Diógenes Laercio da un ejemplo de le enseñanza filosófica tal como
la concebían los cínicos cuando explica cómo concebía Diógenes el Cínico la enseñanza que debía dar a los hijos de
Jeníades, quien lo había comprado como esclavo. A su pregunta: en verdad quiero
comprarte, pero ¿qué sabes hacer?, Diógenes había respondido: sé mandar. Y ante
esta respuesta parresiástica, Jeníades, como reacción, había dicho: pues bien,
educarás a mis hijos. (…) ¿Y en qué consiste esa enseñanza? El texto comienza
por decir que Diógenes el Cínico
había enseñado a los hijos de Jeníades todas las ciencias. Lo cual parecería
indicarnos una educación de tipo enciclopédico, como podría encontrársela en
otras escuelas filosóficas, en particular entre los platónicos o los
peripatéticos. Pero Diógenes Laercio
se apresura a decir: Diógenes había
enseñado todas esas ciencias a los hijos de Jeníades bajo la forma de resúmenes
y compendios, con el fin de que las retuvieran con mayor facilidad. Es decir
que las ciencias no se aprenden en todo su desarrollo, sino en los principios
esenciales que son necesarios y suficientes para vivir como es debido. Esta
enseñanza se completaba mediante todo un aprendizaje de la resistencia. Era
menester que los hijos de Jeníades fueran capaces de servirse por sí mismos,
esto es, sin la necesidad de recurrir a sirvientes y esclavos. Es el
aprendizaje de la independencia. Diógenes les había enseñado a no llevar jamás
otra cosa que ropa muy simple, sin túnicas ni zapatos. También les había
enseñado a cazar –referencia, sin duda, a la enseñanza espartana-, que permite
justamente a la gente desenvolverse sola, ser independiente, practicar la
autarquía. Uno se alimenta de lo que cobra en la caza y mata. (220-221)
Clase del 7 de marzo de 1984. Primera hora.
Michel Foucault, El coraje de la verdad, Fondo
de Cultura Económica, Buenos Aires 2010
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