La distància que separa la filosofia de la saviesa (Pierre Hadot).
Uno de los temas fudamentales de este libro será la distancia que separa la
filosofía de la sabiduría. La primera no es más que un ejercicio preparatorio
para la segunda. No se trata de oponer por una parte la filosofía como discurso
filosófico teórico .Y por la otra la sabiduría como modo de vida silencioso,
que se practicaría a partir del momento en que el discurso habría alcanzado su
terminación y su perfección; es el esquema que propone E. Weil cuando escribe: "El filósofo no es 'sabio': no tiene
(o no es) la sabiduría, habla y aun cuando su discurso no tuviera otro objetivo
que suprimirse, esto no quita que hablará hasta el momento en que haya llegado
a un resultado y fuera de los instantes perfectos a los que habrá llegado"
(Logique de la Philosophie, 1950).
Aquí tendríamos una situación análoga a la del Tractatus logico-philosophicus de Wittgenstein, en el que el discurso filosófico del Tractatus se supera finalmente en una
sabiduría silenciosa. En efecto, la filosofía antigua admite, de una u otra
manera, desde el Banquete de Platón, que el filósofo es sabio, pero
no se considera un simple discurso que se detendría en el momento en que
apareciera la sabiduría; es al mismo tiempo e indisolublemente discurso y modo
de vida, discurso y modo de vida que tienden hacia la sabiduría sin jamás alcanzarla.
Pero también es cierto que el discurso de Platón,
de Aristóteles o de Plotino se detiene en el umbral de ciertas
experiencias, que, si no son la sabiduría, son una especie de primera impresión
de ella.
Tampoco habría que oponer modo de vida y discurso como si correspondieran
respectivamente a la práctica y a la teoría. El discurso puede tener un aspecto
práctico, en la medida en que tiende a producir un efecto en el auditor o el
lector. En cuanto al modo de vida, puede ser no teórico, evidentemente, sino
teorético, es decir, contemplativo.
Para ser claro, tengo que precisar que interpreto la palabra
"discurso" en el sentido filosófico de "pensamiento discursivo"
expresado en el lenguaje escrito u oral y no en el sentido, difundido en
nuestros días, de "manera de hablar que revela una actitud"
("discurso racista" por ejemplo). Además, me niego a confundir lenguaje
y función cognitiva. Citaré a este propósito las líneas muy aclaradoras de J. Ruffié:
En realidad, se puede perfectamente
pensar y conocer sin lenguaje y quizás, en ciertos aspectos, conocer mejor. El
pensamiento se reconoce por la capacidad para definir una conducta ·razonable,
por la facultad de representación mental y de abstracción. El animal (capaz de
distinguir la forma triangular, o algunas combinaciones de objetos) piensa, así
como el niño pequeño que aún no habla o el sordomudo que no fue educado[ ... ]
El estudio clínico demuestra que no existe correlación entre el desarrollo del
lenguaje y el de la inteligencia; un deficiente intelectual puede hablar, un
afásico ser muy inteligente[ ... ] Y en el hombre normal, a menudo las
facultades de elaboración parecen estar más o menos abrumadas por las
facultades de expresión. Por lo visto, los grandes des cubrimientos se hacen
independientemente del lenguaje, a partir de esquemas (patterns) elaborados en
el cerebro. (De la biologie à la culture, 1976)
(…) No se trata de oponer y de separar por una parte la filosofía como modo
de vida y por la otra un discurso filosófico que sería en cierto modo exterior
a la filosofía. Muy por el contrario, se trata de mostrar que el discurso
filosófico forma parte del modo de vida. Pero, en cambio, hay que reconocer que
la elección de vida del filósofo determina su discurso. Esto equivale a decir
que no se pueden considerar los discursos filosóficos como realidades que
existirían en sí mismas y por sí mismas, ni estudiar su estructura
independientemente del filósofo que los desarrolló. ¿Podemos separar el
discurso de Sócrates de la vida y de
la muerte de Sócrates? (13-15)
Prólogo
Pierre Hadot, ¿Qué es la
filosofía antigua?. Fondo de Cultura Económica, México 1998
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