Sacrificar la veritat?
Si se reconsidera el antiguo dicho latino, resulta un tanto sorprendente que el sacrificio de la verdad
en aras de la supervivencia del mundo se considere más fútil que el sacrificio de cualquier otro principio o virtud. Mientras podemos negarnos incluso a plantear la pregunta de si la vida sería
digna de ser vivida en un mundo privado de ideas como justicia y libertad, curiosamente no es
posible hacer lo mismo con respecto a la idea de verdad, al parecer mucho menos política. Está en
juego la supervivencia, la perseverancia en la existencia (in suo esse perseverare), y ningún
mundo humano destinado a superar el breve lapso de la vida de sus mortales habitantes podrá
sobrevivir jamás si los hombres se niegan a hacer lo que Heródoto fue el primero en asumir
conscientemente: legein ta eonta, decir lo que existe. Ninguna permanencia, ninguna perseverancia en el existir, puede concebirse siquiera sin hombres deseosos de dar testimonio de lo que existe y se les muestra porque existe.
Hannah Arendt, Verdad y política, (3-4)
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