Biopolítica i societat disciplinària (Byung-Chul Han).
Según Foucault, desde el siglo XVII el poder ya no se manifiesta como el poder de muerte de un soberano semejante a Dios, sino como el poder de disciplinar. El poder soberano es el poder de la espada. Amenaza con la muerte. Se hace con el «privilegio de apoderarse de esta [la vida] para suprimirla».(1) El poder disciplinario, por el contrario, no es un poder de muerte, es un poder de vida cuya función no es matar, sino la imposición completa de la vida.(2) El viejo poderío de la muerte cede ante la «administración de los cuerpos» y la «gestión calculadora de la vida». (3)
El tránsito del poder soberano al disciplinario se debe al cambio de la forma de producción, a saber, de la producción agraria a la industrial. La progresiva industrialización requiere disciplinar el cuerpo y ajustarlo a la producción mecánica. En lugar de atormentar al cuerpo, el poder disciplinario lo fija a un sistema de normas. Una coacción calculada atraviesa cada parte del cuerpo y está presente hasta en el automatismo de las costumbres. Hace del cuerpo una máquina de producción. Una «ortopedia concertada». (4) Las disciplinas son «métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad». (5)
El poder disciplinario es un poder normativo. Somete al sujeto a un código de normas, preceptos y prohibiciones, así como elimina desviaciones y anomalías. Esta negatividad del adiestramiento es constitutiva del poder disciplinario. En esto es similar al poder soberano que se basa en la negatividad de la absorción. Tanto el poder soberano como el disciplinario ejercen la explotación ajena. Crean al sujeto obediente.
La técnica disciplinaria opera no solo sobre el cuerpo, sino también sobre la mente. El término inglés industry también significa «diligencia». Y otro significado de Industrial school es «correccional». Bentham indica que su panóptico edifica moralmente a los reclusos. No obstante, la psique no está en el punto de mira del poder disciplinario. La técnica ortopédica del poder disciplinario es muy burda para penetrar en las capas profundas de la psique con sus anhelos ocultos, sus necesidades y su deseo, y acabar apoderándose de ellas. El Big Brother de Bentham también observa a sus reclusos desde el exterior. Su panóptico está ligado al medio óptico. No tiene ningún acceso al pensamiento o a las necesidades internas.
El poder disciplinario descubre a la «población» como una masa de producción y de reproducción que ha de administrar meticulosamente. De ella se ocupa la biopolítica. La reproducción, las tasas de natalidad y mortalidad, el nivel de salud, la esperanza de vida se convierten en objeto de controles reguladores. Foucault habla expresamente de la «biopolítica de la población». (6)
Biopolítica.
Byung-Chul Han, Psicopolítica, Herder, Barcelona 2014
1. M. Foucault, Historia de la sexualidad I. La voluntad de saber, Madrid, Siglo XXI, 2006, p. 162.
2. Ibíd., p. 166.
3. Ibíd., p. 167.
4. Ibíd., p. 169.
5. M. Foucault, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, Buenos Aires, Siglo XXI, 2002, p. 126.
6. M. Foucault, Historia de la sexualidad I, op. cit., p. 168
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