Umberto Eco: "Internet és com la vida".
Umberto Eco |
“La cultura es una crisis continua. La cultura no está en crisis, es
una crisis continua. La crisis es condición necesaria para su
desarrollo”. ¿Y la mercantilización del producto cultural, o el riesgo
de privatización del patrimonio? Es un fenómeno que en realidad tiene
muchos siglos de antigüedad, recuerda Eco, en referencia al patrocinio
privado de actividades culturales (la restauración del Coliseo romano
por una firma de zapatos, o los palacios venecianos propiedad de grandes
fortunas que exhiben su poderío y su logo): “Eso siempre ha existido.
Virgilio era pagado por Augusto; Ariosto cobraba de un duque. De alguna
manera, si yo hubiese vivido en el siglo XVII habría debido estado al
servicio de un señor; hoy no, mi trabajo literario o docente me permite
vivir. En este sentido, la cultura es hoy más libre. Todos los textos en
el ochocientos se inician con una loa al señor, al rey, es como si hoy
tuviese que encabezar todos mis libros con un elogio de Berlusconi
(risas)… Es justo que una empresa colabore con fondos para restaurar el
Coliseo de Roma…”
En sus múltiples escritos Eco ha dejado dicho que la verdadera
felicidad es la inquietud por saber, por conocer. “Es lo que Aristóteles
llamaba maravillarse, sorprenderse… La filosofía siempre comienza con
un gran ohhh!” ¿Y el conocimiento es acaso como el viaje a Ítaca de
Kavafis, un recorrido que no debe terminar jamás? “Sí, pero además el
placer de conocer no tiene nada de aristocrático, es un campesino que
descubre un nuevo modo de hacer un injerto; evidentemente, hay
campesinos a los que esos pequeños descubrimientos procuran placer y a
otros no. Son dos especies distintas, pero naturalmente depende del
ambiente; a mí me inoculó el gusto por los libros de pequeño… Y por eso
al cabo de los años soy feliz, y a veces infeliz, pero vivo activamente
mientras que muchos viven como vegetales”.
Un bibliómano como Eco ha integrado la presencia de Internet en su vida diaria como en su día hiciera con el automóvil o el telefonino
(que no suena ni una vez durante el encuentro): como un hecho consumado
ni manifiestamente bueno ni todo lo contrario. “Internet es como la
vida, donde te encuentras personas inteligentísimas y cretinas. En
Internet está todo el saber, pero también todo su contrario, y esta es
la tragedia. Y además si fuese todo el saber, ya sería un exceso de
información… Si yo comienzo a estudiar en la escuela necesito un libro
así [hace un apócope con las manos], no uno enorme, que no entenderé, a
nadie se le ocurre darle la [Enciclopedia] Británica a un niño…”
Como investigador, Eco utiliza Internet como lo que considera que
debe ser, una herramienta, y no un fin en sí mismo. Por tanto, no augura
conflictos de intereses -ni de espacios- entre lo virtual y la realidad
tangible del papel, bien sea prensa o un volumen de mil páginas. “Se
puede leer Guerra y paz en ebook, obviamente, pero si
lo has leído hace diez años, y lo retomas, el libro objeto te mostrará
los signos del tiempo y de la lectura previa… Releerlo en un ebook
es como leerlo por primera vez. Es una relación afectiva, como ver de
nuevo la foto de la abuela (risas)… El libro como objeto continuará
existiendo, de la misma manera que la bicicleta sigue existiendo pese a
la invención del automóvil; es más, hoy hay más bicicletas que hace unos
años. Lo mismo podemos decir del fin de la radio por culpa de la
televisión…”.
“Internet es una cosa y su contraria. Podría remediar la soledad de
muchos, pero resulta que la ha multiplicado; Internet ha permitido a
muchos trabajar desde casa, y eso ha aumentado su aislamiento. Y genera
sus propios remedios para eliminar ese aislamiento, Twitter, Facebook,
que acaban incrementándola porque relaciona con figuras muchas veces
fantasmagóricas, porque uno cree estar en contacto con una bellísima
muchacha que en realidad resulta ser un mariscal de la Guardia Civil… (risas)”.
El doctor honoris causa se despide recomendando una lectura de prensa
casi con lápiz y papel. “Los periódicos han perdido muchísimas
funciones. Por la mañana lo hojeo rápidamente porque las noticias
principales ya me las ha contado la televisión, pero continúa siendo
importante por los editoriales, por los análisis, y es fundamental no
leer uno, sino al menos dos cada día. Se debería enseñar a leer
periódicos a la gente, dos o tres, para ver la diferencia entre las
opiniones, no para conocer las noticias, eso ya nos lo dice la tele”.
La televisión, esa tele vulgarizada hasta el extremo por obra y
gracia de ese Berlusconi de quien sigue resistiéndose a hablar más que
de pasada, pero que vino a ser, en versión embrionaria, la gran
revolución sociocultural que Internet fue después. “La televisión en
Italia ha hecho mucho bien a los pobres, les ha enseñado un nivel
estándar de idioma, y mal a los ricos, que se quedaban en casa en vez de
ir a un concierto. Y no hablamos de ricos o pobres en función del
dinero que tengan, sino de ideas, de ganas. La televisión en Italia ha
enseñado a hablar a masas de campesinos, obreros, en la Italia
unificada. Internet es lo contrario: a los ricos que lo saben usar, les
va bien; los pobres, que no lo saben usar, no tienen capacidad para
distinguir”.
María Antonia Sánchez-Vallejo, "La cultura no está en crisis, es crisis", entrevista con Umberto Eco, El País, 23/05/2013
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