Infinita com l´univers.
Seguramente no hay lugares más inhóspitos en las galaxias que en los planemos, esos supuestos planetas desgajados de sus estrellas que vagan errantes en las sombras interestelares. La vida se busca en planetas situados en lo que se llaman zonas habitables en torno a su estrella que permita una temperatura superficial y otras condiciones favorables a la vida. Un grupo de físicos de partículas de Fermilab, el mayor centro de esta especialidad en Estados Unidos, ha hecho un cálculo insólito de resultado más que curioso. Los planemos cercanos al centro de la galaxia, donde más concentrada está la materia oscura, pueden ser calentados por esta.
Todos sabemos que la materia oscura existe y que supone el 23% del contenido del universo. Nadie sabe lo que es, pero sí su distribución en las galaxias y las características que podrían tener los candidatos a formarla. Entre estos están posibles partículas de masa distinta de cero que interaccionen entre ellas mediante la fuerza nuclear débil. Serían antipartículas de sí mismas, cosa nada infrecuente en el mundo de las partículas subnucleares, por lo que si se encuentran, se aniquilan dando energía en forma de radiación. O sea, que dichas colisiones pueden calentar el medio en que tengan lugar.
Para ello, naturalmente, la masa de esas partículas ha de ser enorme (entre decenas y centenares de veces la del protón) y la concentración de materia oscura formada por ellas muy alta, por eso los físicos hablan de planemos cercanos al centro de la galaxia. Esta fuente de calor podría ser suficiente para cumplir las condiciones de habitabilidad exigidas a los planetas ligados a estrellas. Una consecuencia aún más curiosa de esta hipótesis es que este modo de calentamiento, al no depender de la vida finita de una estrella, sería casi tan infinita como el propio universo, con lo cual los planemos calentados por materia oscura serían… ¡el último reducto de las civilizaciones!
Fermilab es un magnífico laboratorio que a veces entra en fases mortecinas por falta de datos experimentales novedosos. Entonces, algunos de sus físicos, que son cualquier cosa menos vagos, se dedican a hacer trabajos tan delirantes como este, porque hay que estar muy aburrido o muy enardecido para calcular posibilidades basadas en enigmas como las supuestas partículas débiles superpesadas, los hipotéticos planemos y la fantasmal materia oscura. Pero por siniestra e indetectable que sea, no deja de tener gracia la posible existencia de la más oscura y eterna vida.
Manuel Lozano Leyva, La vida oscura, Público, 04/07/2011
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