Moralitat i autonomia.
Las personas consideran que las convicciones morales representan algo diferente, o algo independiente, de las preocupaciones de cada uno por ser aceptado o respetado por las autoridades o los grupos. En otras palabras, los mandatos morales son autónomos, no heterónomos. En las convicciones morales las personas piensan que los deberes y derechos se siguen de los propósitos morales que subyacen a las normas de grupo, los procedimientos y los dictados de las autoridades. Es decir, no es algo que hacemos porque lo dicen las autoridades o nos lo imponen desde fuera. No es que las creencias morales sean anti-grupo o anti-autoridad, y sirven de hecho para unir al grupo, pero la fuente de legitimidad no es la autoridad o el grupo y no depende de ellos, es algo que está por encima de la autoridad incluso. La gente se centra más en sus ideales, en lo que se debe o no se debe hacer y esto está por encima incluso de las autoridades. Tanto es así que las personas piensan que los mandatos morales obligan incluso a Dios. En este estudio se llevan a cabo dos experimentos y la conclusión es que la gente piensa que ni siquiera Dios puede convertir hechos morales que se consideran malos en moralmente buenos. Curiosamente, la gente cree que Dios puede hacer cosas lógica y físicamente imposibles pero los hecho morales no puede cambiarlos.
Pablo Malo, La Psicología de las Convicciones morales, hyperbole.es 01/2021
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