Universal, diccionari Alain Badiou
¿Cómo se plantea la relación entre universalidad e identidad? De entrada, hay que decir que toda proposición universal aparece en el contexto de una identidad. Universalidad e identidad no se oponen. Eso es una abstracción. Se está siempre en un medio identitario más o menos determinado, donde en un momento dado surge una proposición que va más allá de la identidad. Por ejemplo, San Pablo dice “en la nueva doctrina no habrá ni griego ni judíos, ni hombres ni mujeres, ni dueños ni esclavos”. Negativamente, es una proposición universalista radical. Va más allá de todas las identidades fundamentales del mundo romano: la oposición entre esclavo y dueño, entre hombre y mujer, entre griego y judío, es decir, entre dos sistemas religiosos diferentes. Esta proposición universalista se hace desde el interior de la identidad judía, no podría haberse hecho desde otra parte. Va más allá de la identidad judía, pero surge en su interior.
Propongo como hipótesis que una proposición universal, o un esfuerzo hacia lo universal para ser más modestos, consiste siempre en dar la vuelta a la postura conservadora, es decir, intentar que el elemento creador prevalezca sobre el purificador. (…) En ese momento, cuando predomina el elemento creador, surge algo que necesariamente se dirige a todos.
(…) El límite identitario se franquea parcialmente, y digo parcialmente porque nunca se franquea absolutamente. Se franquea en la forma de un mensaje universal. La universalidad no es una propiedad de todo el mundo, no es una certeza que se pueda afirmar sobre todo el mundo, sino algo dirigido a todos.
Alain Badiou, La potencia de lo abierto:
Universalismo, diferencia e igualdad, Archipiélago 73-74, páginas 21-34,
diciembre 2006
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