Sobreprotegim els nens quan estan desconnectats i els desprotegim quan no ho estan.





Una amiga me contó hace poco que no dejaba que su hijo Robbie caminara hasta la casa de un vecino. La idea de que su hijo de 8 años caminara solo un kilómetro por su transitada calle y pasara tiempo con niños mayores la ponía muy nerviosa. Creció en una época en la que se imprimían fotos de niños desaparecidos en cartones de leche y los podcasts sobre crímenes reales se popularizaban. Es lógico que ella y muchos otros padres millennials sientan que hay peligros acechando en cada esquina. Así que, en lugar de salir con sus amigos del barrio, Robbie se quedó en casa. Veía YouTube y jugaba videojuegos mientras su madre trabajaba en la oficina de la casa.

Un creciente grupo de expertos sugiere que las familias han caído en un equilibrio en el que sobreprotegemos a nuestros hijos cuando están desconectados (por ejemplo, impidiéndoles caminar por la calle hasta la casa de sus amigos) y los desprotegemos cuando están conectados (por ejemplo, permitiéndoles ver YouTube y jugar videojuegos sin apenas supervisión). En conjunto, estas decisiones aparentemente insignificantes están teniendo un impacto negativo en la salud mental y física de los niños , lo que provoca tasas preocupantemente altas de ansiedad, depresión, adicción digital y tendencias suicidas.

Para comprender las experiencias psicológicas de nuestros hijos (y el nuevo mundo social en el que nos encontramos), es útil analizar sus conversaciones: las que tienen y las que no tienenNo todas las experiencias digitales son malas; en muchos sentidos, nuestros teléfonos y relojes inteligentes pueden facilitar la creatividad, la inspiración y hacernos la vida más fácil. Pero estos beneficios obvios conllevan graves costos ocultos.

En definitiva, cada conversación en persona que es sustituida o interrumpida por un dispositivo es una oportunidad perdida para que los niños se sientan más conectados, amados y vivos, así como para fomentar relaciones significativas a lo largo del tiempo, y para convertirse en comunicadores competentes cuando lleguen a la edad adulta.

Alison Wood Brooks, Todas las conversaciones que los niños se están perdiendo, Brownstone España 13/06/2025

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