Cognició social i cognició d'un mateix.



Y la cognición social está íntimamente ligada a la metacognición, al conocimiento de uno mismo. En cada interacción mostramos y ponemos en juego una parte de nosotros, una cara, un rol, la estimación de lo que creo ser para el otro. El self, la idea de uno mismo, no es más que la narración autobiográfica formada a través de las sucesivas relaciones de rol, es decir, de las imágenes que hemos visto en el espejo de los demás. Pero si la interacción es real ya no será un espejo sino un elemento transformador. El self se forma a través de los encuentros transformadores con los demás. Pero, finalmente, ¿cómo mejorar nuestra cognición social? Aparte de promoviendo el sistema de oxitocina-vasopresina (para quien pueda, lo estimulan el parto, la lactancia, el orgasmo, el contacto corporal no amenazante), alcanzando una serenidad y una calma con los demás que nos permitan no juzgar, no vernos obligados a reaccionar constantemente a lo que haga o diga el otro, ser capaces de solamente observar, percibir, atender a las sensaciones, emociones y pensamientos, propios y ajenos. Conseguir la calma necesaria para atrevernos curiosamente a sondear el territorio inexplorado del otro. A partir de ahí, todo cambia.

Guillermo Lahera FortezaCognición social: sé lo que estás pensando (y probablemente me equivoque), El País 25/05/2022

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