Qui estableix el que és un fet?
La ciencia remite a hechos, pero ¿qué pueden contar los hechos de la ciencia cuando el absoluto, verídico o forjado, es quien legisla y en consecuencia establece lo que tiene base para ser considerado un hecho?
Tanto el humanismo entendido como afirmación de la singularidad humana como el anti-humanismo tendiente a diluir nuestra condición, son posicionamientos no sólo de orden diferente a lo que viene determinado por el conocimiento científico y sus corolarios filosóficos, sino incluso inmunes a los mismos: se responde a una u otra de ambas actitudes (tendencia a afirmar o tendencia a diluir la frontera que diferencia jerárquicamente al ser humano) y sólo en caso de que puedan ayudar a la causa se recurre a la ciencia o a la filosofía. Se trata en ambos casos de primacía de un sesgo, es decir de una disposición apriorística que determina el peso de los hechos y cómo interpretarlos, pero ello no significa que ambas disposiciones sean homologables.
El sentimiento de lo irreductible del ser humano es certeza inmediata, corolario de nuestra naturaleza que, como antes decía, se sabe rara desde el momento mismo en que un niño se apercibe de su condición lingüística. Hay tras la posición humanística un sentimiento radical de que, pese a ser polos contrapuestos, vida y lenguaje se hayan inextricablemente ligados, siendo el hombre la expresión de esta relación polar. Por ello el cuestionamiento de tal irreductibilidad es vivida como una afrenta, a la manera que se vive el cuestionamiento por otro del propio origen racial o lingüístico.
Víctor Gómez Pin, ¿Singularidad del ser humano? Posicionamientos inmunes a la argumentación científica, El Boomeran(g), 21/10(2022)
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