Quatre escenaris possibles, després de l'arribada d'una superintel·ligència artificial.









1. Las IAGs (Inteligencias Artificiales generales) serán solo dispositivos que los seres humanos podrán usar integrándolos de forma más o menos íntima, pero circunstancial y ocasional, con su propia mente. Al igual que cualquier otra tecnología serán solo un medio para la potenciación del propio ser humano. Su nivel de inteligencia nunca será muy superior a la del humano.

2. Después de crear una o varias IAGs superiores a la inteligencia humana, sabremos cómo mantenerlas confinadas, de modo que nunca interactuarán por sí solas con el mundo exterior y siempre podremos tenerlas a nuestro servicio. Este confinamiento, entre otras cosas, significaría que jamás tendrían acceso a internet ni capacidad de intervención sobre el mundo real, directamente o a través de algún instrumento. Su función sería exclusivamente la de comunicarse con el ser humano (o con algunos seres humanos bien seleccionados y bien vigilados). Quizás el control se consiga haciendo que la supertinteligencia artificial solo pueda contestar a las preguntas mediante un sí o un no, incluso podría contemplarse la posibilidad de conseguir ese control mediante la mejora de la propia inteligencia humana por medios biotecnológicos, como sugiere Bostrom, lo que facilitaría que pudiéramos encontrar nuevos métodos efectivos de confinamiento.

3. Por mucho que se las intente confinar, las IAGs sabrán en algún momento cómo escapar del control humano, dada su superioridad en inteligencia, y serán capaces de crear nuevas IAGs aún superiores a ellas. Esto llevará a que finalmente las máquinas superinteligentes tomen el control de todo en muy poco tiempo. Por otra parte, aunque se creen varias IAGs diferentes, estas no tardarían en fundirse en una sola superinteligencia (aunque distribuida en su localización y funcionamiento), si es que su rendimiento fuese así mayor. Estas IAGs superpoderosas, sin necesidad de experimentar animadversión hacia los humanos, sino simplemente por indiferencia hacia su destino, podrían conducir al exterminio de nuestra especie.

4. Se producirá una estrecha unión simbiótica entre humanos y dispositivos con IAGs, de forma que el resultado final sea una entidad única y nueva: un cíborg superinteligente. Es lo que Harari ha descrito como la creación de la mente extraña ('weird mind') y el surgimiento del 'Homo deus'. Algunos consideran que esta posibilidad es más realista de lo que suele creerse, puesto que sería absurdo pensar que, teniendo IAGs a nuestro alcance, el propio ser humano va a permanecer igual que hasta ahora, sin aprovechar la ocasión de mejorar su propia inteligencia. Otros, sin embargo, consideran muy difícil técnicamente esta integración. El volcado de la mente en una máquina, que sería su versión más extrema, presenta aún problemas mayores.

Antonio Diéguez, ¿Y si llega alguna vez la superinteligencia artificial? Los cuatro escenarios, elconfidencial.com 23/03/2021

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