Humans millorats.
Además de aquellas personas con un problema de salud, también hay quienes recurren a la tecnología con otros objetivos. En Suecia, cerca de 5.000 ciudadanos ya utilizan un implante NFC en su mano para almacenar información privada o en sustitución de tarjetas físicas. Lo usan en su día a día para montar en el tren, entrar en las oficinas o en el gimnasio, sacar fotocopias e incluso comprar aperitivos en máquinas expendedoras.
Hannes Sjöblad es consultor y conferenciante sobre biohacking (movimiento que se sirve de las tecnologías más punteras con el objetivo de modificar y mejorar el cuerpo humano) y cofundador de DSruptive, una compañía sueca que vende cada mes cerca de 1.000 dispositivos de este tipo. Él mismo lleva uno en su mano y está convencido de que en el futuro estos sensores podrían monitorizar los parámetros vitales de las personas. Si su predicción se cumpliese, un humano podría llegar a consultar en el móvil “lo que está sucediendo en su cuerpo en tiempo real”. “Creo que esto no es algo para unos pocos, sino que es la solución para las masas”, señala.
El 40% de los españoles apoyaría el perfeccionamiento voluntario del cuerpo sin que existan problemas de salud, según el informe de Kaspersky. Para otro 40%, dependería de lo que cada persona se planteara hacer. Mientras que a un 14% le resulta indiferente, solo el 7% se opondría. “Creo que la aceptación del público ya está ahí. Muchos de nosotros hemos crecido con juegos de ordenador y películas de ciencia ficción. Tener tecnología integrada en tu cuerpo es algo perfectamente normal para las personas que han crecido en las últimas tres décadas”, comenta Sjöblad.
Aún es pronto para saber hasta qué punto la tecnología podrá mejorar nuestros cuerpos. Las posibilidades son infinitas, pero en algunos casos pueden plantear diversos dilemas. Probablemente no sería lo mismo ponerse un brazo biónico para, por ejemplo, recuperar el sentido del tacto que utilizar la tecnología para intentar crear humanos más fuertes o inteligentes que la media o con una visión sobrehumana.
En 2013 la Agencia del Medicamento estadounidense aprobó la comercialización de un dispositivo que permitía a las personas con retinitis pigmentaria (una enfermedad ocular que puede ser hereditaria) percibir formas y movimiento. Desde entonces, múltiples investigadores han tratado de desarrollar diferentes ojos biónicos. Por ejemplo, un equipo de la Universidad de Sídney ha intentado crear un ojo que devuelva la vista a los pacientes con discapacidad visual y ceguera. Científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong han desarrollado un ojo artificial que, según aseguran, en algunos casos supera al humano. Por ejemplo, detectaría la radiación infrarroja en la oscuridad.
De momento, solo el 12% de todos los encuestados considera que quienes han mejorado su cuerpo gracias a la tecnología tendrían una ventaja injusta en el trabajo, según el informe de Kaspersky. En concreto, en España, el 59% afirma que estaría encantado de trabajar junto a personas con capacidades mejoradas gracias a dispositivos tecnológicos. Además, seis de cada diez españoles no tendría ningún problema en salir con uno de estos ciudadanos. El 3% de los encuestados ya lo ha hecho.
Isabel Rubio, Humanos aumentados: ¿debemos mejorar nuestros cuerpos gracias a la tecnología?, El País 19/03/2021
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