El poder predictiu i explicatiu de les màquines 'Intel·ligents'.



Hoy entes maquinales hacen previsiones que los científicos no habían sido capaces de hacer. Un caso de performance predictiva, en la intersección de la inteligencia artificial y la genética, es el de AlphaFold 2, artefacto que fue capaz de prever el repliegue sobre sí mismos de los polipéptidos, a fin de alcanzar la estructura tridimensional que es necesaria para el correcto funcionamiento de las proteínas. A esta auténtica performance cabe añadir, por ejemplo, el hecho de que dispositivos telemétricos dispuestos en órganos de recién nacidos pueden llegar a predecir una infección antes de que la misma haya tenido lugar.

El problema es que, en un caso como en otro, no tenemos ni idea de cómo las entidades artificiales realizan esa previsión, y menos idea tenemos sobre si además de ser capaces de prever son capaces de entender la razón de tal previsión, es decir si conocen o no las causas. Es bien sabido que prever no es explicar y no está claro que la acuidad predictiva sea consecuencia de que ha alcanzado una intelección plena, es decir, un conocimiento de la causa o razón de aquello que se prevé. Y recordaba al respecto que la gravitación newtoniana preveía importantísimas cosas y sin embargo no explicaba lo que preveía, limitándose al cómo, abstracción hecha del porqué. De hecho el principio ontológico en el que se sustentaba (un espacio tridimensional vacío en el que los hechos acontecían) hacía que toda tentativa de explicación violara el principio de localidad; de ahí la importancia filosófica, y no sólo científica, de de la sustitución la gravitación newtoniana por la relativista.

En suma, no sabemos si Alphafold2, por atenerse a su caso, está en condiciones de ex–plicar, es decir des-plegar conceptualmente ese pliegue que había previsto con tal acuidad; no sabemos si sabe o no sabe las causas de lo que anuncia, y ello simplemente porque de momento los entes maquinales no dan explicaciones, es decir, aun no parece que estemos en condiciones de mantener con ninguna de ellos una conversación del tipo: ¿sabes la razón de lo que enuncias, la causa de esta previsión que acabas de hacer?

Sin embargo no es de excluir que ello pueda ocurrir. No está a priori excluido que en un tiempo prudente las máquinas sean capaces de explicar su comportamiento y las razones del mismo, tanto ante nosotros los seres racionales animados como ante sus homólogos, que tendríamos derecho a denominar racionales maquinales. Y dejo para más adelante las consideraciones sobre lo que esto significa: ni más ni menos que una razón sin soporte vital. Pues bien:

Tomo como punto de partida un artefacto provisto de esa capacidad de recibir información, procesarla, dar respuesta a un “interlocutor” maquinal o humano a la que se alude con la expresión “aprendizaje profundo”. Pero acepto además provisionalmente que esta “profundidad” es tal que a la capacidad de hacer descripciones y previsiones el artefacto añade la de explicar esos fenómenos. En el caso de Alphafold2, capaz de un-folding ese fold que llegó a anunciar; capaz de, mostrar la razón de la concurrencia de los elementos simples o planos, a fin de hacer emerger un elemento complejo. Es de señalar que como los humanos no tenemos por el momento ni la capacidad previsora que muestra AlphaFold2, ni menos aún el conocimiento de las causas de lo así previsto, ha de excluirse que estas virtudes cognitivas del artefacto sean el resultado de una programación.

Víctor Gómez Pin, La máquina heredera: trasposición de un suceso real, El Boomeran(g) 30/03/2022


Sin embargo no está a priori excluido que en un tiempo las máquinas sean capaces de explicar sus previsiones tanto ante nosotros, seres racionales animados, como ante sus homólogos, seres racionales maquinales. Ello alimenta formas del llamado post-humanismo, que cerraría el corto paréntesis abierto desde la aparición de homo sapiens. Paréntesis que, trasponiendo la historia del universo a una película de tres horas, sería diminuta fracción de segundo.

Víctor Gómez Pin, El hombre cuenta, El Cultural 29/03/2022

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