La sort i la ciència
Sorpresas de la ciencia
El principio de Arquímedes
Hierón II, rey de Siracusa en el siglo III a. C., encargó a Arquímedes comprobar si su corona era realmente de oro puro. Se cuenta que se inspiró mientras tomaba un baño, cuando se derramó agua al sumergirse. En aquel instante se preguntó si el volumen del fluido sobrante era igual al ocupado por la parte sumergida del cuerpo.
El daguerrotipo
El físico Louis Daguerre investigaba cómo fijar una imagen. Para ello se valía de una cámara oscura. Un día lavó una placa expuesta y la guardó en un armario. Al cabo de unos días fue a recogerla y comprobó que su superficie tenía grabada una imagen. Se había revelado a causa del vapor de mercurio desprendido de un termómetro roto. En 1839, Daguerre inventaba el daguerrotipo.
El caucho
El estadounidense Charles Goodyear buscaba fabricar un caucho indeformable ante los cambios de temperatura. Tras muchos intentos mezcló látex con azufre. Accidentalmente, un fragmento de esa mezcla cayó sobre un hornillo caliente. El material, en lugar de fundirse, se carbonizaba. Al enfriarse comprobó que no perdía flexibilidad.
La insulina
En 1889, dos investigadores extirparon el páncreas a un perro. Poco después les extrañó que un enjambre de moscas revoloteara alrededor de la orina del animal. Tras analizarla observaron altos niveles de glucosa, un signo de diabetes. En 1921, Charles H. Best y Frederick Banting aislaban la insulina, una hormona producida por el páncreas que controla el azúcar en la sangre.
La penicilina
En 1928, Alexander Fleming estaba enfrascado en el estudio de la gripe a partir de cultivos bacterianos en placas de petri. Un día se percató de que en uno de los recipientes había caído un poco de moho. Su curiosidad le llevó a descubrir que el moho contenía un producto capaz de inhibir el crecimiento bacteriano.
Cristina Sáez, De pura chiripa: la serendipia, La Vanguardia 15/04/2022
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