L'engany d'educar per al futur.






Porque el futuro es lo que no existe aún, por definición intrínseca. Hay que desconfiar siempre de tan funesta palabra. Y más todavía cuando viene de los labios de los políticos. Si nos venden futuro, nos venden la nada. Siempre.

Bueno, no nos hagamos los tontos: cuando muchos hablan de educar "para el futuro", hablan de educar para el mundo laboral (siempre al servicio de las empresas, por supuesto); o bien de educar para que los niños sean muy buenos, y tengamos ciudadanos que sepan que ser machistas, o racistas, o matar a los demás, no es algo correcto moralmente.

¿Alguien sabe cómo será el mundo laboral dentro de diez años? ¿O de cinco? ¿O de veinte? Evidentemente, no.

No se puede educar para el futuro laboral por la sencilla razón de que no se puede saber cómo será el trabajo del futuro. ¡Ni siquiera si habrá trabajo! A pesar de que algo tan obvio no necesite ni meditarse, estamos recibiendo reformas educativas que tienen como eje semejante necedad. ¡El futuro, el futuro! ¡El trabajo, el trabajo!

Educar a los niños "para el futuro" es una estafa. Los ritmos del mercado laboral nunca son previsibles. La educación no puede estar al servicio de las demandas laborales. Eso se vende muy bien a nivel mediático, porque los padres quieren que sus hijos tengan un porvenir, como es más que lógico. Pero es mentira. Señores padres: nadie sabe lo que será de sus hijos en el año 2030. Lamento decirlo así, pero no se dejen engañar por ninguna propaganda.

Por lo demás, si quieren entretenerse un rato, investiguen en Internet sobre "los trabajos del futuro" poniendo como fecha límite de búsqueda 2005 o así. No dan ni una. Nadie sabía cuáles serían los trabajos del futuro; y, desde luego, una reforma educativa, la haga la izquierda o la derecha, no va a acertar nunca.

¿Qué pensarán, por ejemplo, los niños ucranianos que estaban siendo educados "para el futuro"? No quiero ser osado en la comparación, ni ofensivo, pero el futuro es incierto, y nadie puede saber cómo estaremos en España, ni en ningún sitio, dentro de cinco años. No digo diez, ni veinte. Digo cinco. ¿Quién pudo prever la pandemia? Que un proyecto educativo se presuponga listo "para el futuro" es una estafa, una mentira y una destrucción de lo que supone educar.

En fin, lo expreso ya de modo muy explícito: la única educación que vuelve libres a los ciudadanos (y este debería ser el auténtico objetivo dentro de una democracia que se dice liberal) es aquella que se basa en el conocimiento y el buen criterio. Un conocimiento analítico y racional del mundo. Un criterio formado en la prudencia y en el reconocimiento de la propia ignorancia. Una educación que permita discernir cómo es la realidad, para que los niños y futuros ciudadanos de plenos derechos puedan ubicarse en torno a ella.

Que los niños y adolescentes comprendan el mundo en que viven, lo cual incluye la cultura acumulada y el pasado, es más importante que aprender a ser siervos del mercado o de la moral de turno. El "futuro" es un mero fetiche.

Martín Otros Vendrán, Por qué "educar a los jóvenes para el futuro" no resulta una buena idea, elconfidencial.com 17/04/2022

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