Jamás duró una flor dos primaveras.
No nihilista, evidentemente, sería lo contario. Soñar que lo perdido o lo que está a punto de perderse puede ser restituido como sea. Poner todo el empeño para que esto no suceda, no importe lo que se haga para retenerlo o lo recuperarlo. Estar dispuesto a usar la fuerza, incluso dar la vida o quitarla si es preciso. Vivir en un sinvivir, bajo la amenaza eterna de la nada, del abandono, de dejar de ser lo que se es para no ser nada, de lo que en su momento desaparecerá ineludiblemente para siempre. Preocuparse de todo,
porque finalmente acabará en nada. De vivir de ilusiones.
Para hacerse una idea de lo que concibo como una actitud nihilista os dejo con una canción de Rocío Jurado, que en paz descanse, y que haría las delicias d’Emmanuel Todd.
https://www.youtube.com/watch?v=ze-FnTOONUE
Manel Villar
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