Foucault: biopolítica i filosofia com a contrapoder.
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El tema de la gobernabilidad ocupa el curso 1977-8 En todo caso podría incluirse dentro de la genealogía del poder pero con reservas. En el curso 1976-7 Foucault analiza el macropoder frente a los análisis anteriores del micropoder. Lo hace con el seminario En defensa de la sociedad. Pero este seminario es el inicio de un cambio en su concepción del poder que se concretará en el seminario citado anteriormente (Seguridad, población y territorio) y en el posterior : el nacimiento de la biopolítica.
La gobernabilidad es un problema que aparece en las
discusiones políticas que se dan entre mediados del siglo XVI y finales del
XVIII. Se presenta en cuatro frentes : el gobierno de uno mismo; el gobierno de
las almas y las conductas; el gobierno de los niños y el gobierno del Estado.
El gobierno del Estado se entiende como
administración económica, como administración de bienes, siguiendo el modelo
familiar. Se trata de gestionar las poblaciones.
La soberanía se reorienta de otra manera, como
gestión de la población a través de la disciplina. Está centrada esta gestión
en los dispositivos de seguridad.
La gobernabilidad es, entonces, un conjunto de
instituciones, procedimientos y tácticas (análisis, cálculos) cuya finalidad es
gestionar de manera adecuada la población.
El Estado Moderno se constituye a partir de tres
ejes. Por una parte, desde una base jurídica a partir de la sociedad feudal.
Por otra, administrativa, como un sistema de reglamentos y disciplinas que
abarcan unas fronteras. El tercero sería justamente el que hemos nombrado, el
gobierno de la población. Este gobierno tiene como base el poder pastoral
cristiano, el poder diplomático-militar y la policía.
El seminario siguiente, complementario del
anterior, está dedicado a la biopolítica. Foucault
define la biopolítica como la "forma en que, a partir del siglo XVIII,
se han intentado racionalizar los problemas que plantea el gobierno de las
poblaciones." Lo hace a través de la salud, la higiene, la longevidad la
natalidad, el tema racial."
Hay una vinculación de la biopolítica con el
liberalismo, con la racionalidad política del liberalismo. Es una práctica
sistemática de racionalización política. Se trata de maximizar los objetivos
optimizando los recursos, disminuyendo los costes. Pero esta idea es paralela a
la del gobierno mínimo. Hay que minimizar la acción del gobierno para conducir
las conductas. Esto implica una reflexión crítica sobre la práctica
gubernamental. El liberalismo es una especie de instrumento crítico de sí mismo
como gobierno. Hay que replantearse constantemente como se gobierna. Es una
función ambivalente y, de hecho, contradictoria, porque es a la vez
legitimadora y crítica, como se ve claramente en el liberalismo del S.XVII-XIX,
por ejemplo con Bentham.
Podemos relacionar estos seminarios con un artículo
que es la transcripción de una conferencia que dio en Tokio en 1978 con el
título de "La filosofía analítica de la política". Hay aquí varias
reflexiones interesantes. La primera es la relación que establecen entre
filosofía y política al presentar a la filosofía, en sus inicios, como un
movimiento antidespótico. Habla de Solón, de Platón o de los cínicos como de las tres formas en que se
manifiesta este antidespotismo. Como ciudadanía, como asesoramiento del príncipe
o como distancia crítica. El filósofo no es el legitimador del Estado, como
Confucio en China, el que describe y prescribe el orden político y social como
institución total. Esto ocurre, según Foucault,
hasta la Revolución francesa y Rousseau.
El filósofo adquiere entonces un papel profético,
se confunde con un determinado poder. La filosofía roussoniana legitima la
República. Otros ejemplos serían Hegel
con el Estado prusiano o Marx con el
Estado socialista. Pero lo que resulta sorprendente es que Foucault afirma aquí que Wagner y Nietzsche legitiman el Estado hitleriano.
La filosofía debe recuperar su función crítica,
plantea Foucault, ser un
contrapoder. Pero su función crítica no es la de la sospecha ni la denuncia de
la ideología. No se trata de hacer ver lo que está oculto. Esta es la función
de la ciencia . Hacer visible lo invisible. Pero la filosofía hace visible lo
visible, nos hacer ver lo que está delante nuestro, no lo que está escondido.
Lo familiar debe hacerse evidente. De esta manera desestabiliza las estructuras
de poder porque las muestra, las hace explícitas. Si la filosofía analítica
anglosajona analiza lo que decimos, él nos propone una filosofía analítica que
analiza lo que hacemos, Y lo que hacemos se inscribe siempre en unas
relaciones, en unos juegos de poder. De esta manera las luchas de la época son
luchas dispersas, inmediatas de resistencia al poder pastoral, a la voluntad de
conducir las conductas bajo normas. De esta manera entiende Foucault las luchas de los locos, los
enfermos, las mujeres, los homosexuales... todos los que se resisten a este
poder pastoral. Poder pastoral basado en la dirección de conciencias y en el
cuidado y la cura del alma. Se manifiesta sobre todo en el siglo XVI y XVII,
tanto en la reforma como en la contrareforma. Se trata de la salvación de todos
y de cada uno.
¿Cual es la diferencia entre el poder pastoral y el
confuciano? Básicamente dos. El primero es que la salvación de la que habla el
primero es en Otro mundo y de la que habla el segundo en este mundo. En segundo
lugar que el primero se dirige al individuo y el segundo a la comunidad.
Se trata, en todo caso, de unas anotaciones
informales que pueden servir para dar algunas pistas sobre los planteamientos
políticos, siempre complejos, del último Foucault.
Luis Roca
Jusmet, Michel Foucault: Filosofía y Política (años
1977-9), Materiales para pensar, 29/01/2014
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