La fi del futur i de l'esperança.
El sentimiento de la desaparición del futuro y la percepción del tiempo como presente continuo son características del momento, forma o estructura de sentimiento de la cultura contemporánea, manifestaciones, diría Jameson, de la imaginación dañada o de expresiones de una conciencia desgraciada.
Ernest Bloch nos había convencido de que el impulso utópico y la esperanza estaban ligados necesariamente como expresiones de la aspiración de trascendencia que tiene toda actividad y experiencia humanas. La esperanza está dirigida al futuro: entrevé posibilidades y genera un deseo que selecciona aquellas que el tiempo presente ha abierto, siempre ambiguo entre caminos de servidumbre o de emancipación. El principio esperanza es un relato épico de las manifestaciones de este impulso a lo largo de la historia humana, convirtiéndose así en un largo argumento que cose esta emoción en la trama de la agencia humana, naturalizando a un tiempo la utopía y la esperanza como ejercicios de capacidad de intervención en el mundo.
La esperanza ha quedado olvidada como emoción política y como constituyente de la agencia. Coincide en ello con el mito de Prometeo que, como sabemos, recordó a su hermano, Epimeteo, que no aceptase ningún regalo de los dioses pero este, obnubilado por los encantos de Pandora, aceptó y abrió su maldita caja que expandió por el mundo todos los males dejando en el fondo del recipiente la esperanza, la Elpis, la diosa hija de Nyx y de la Fama.
Tanta gente, tantos anticapitalismos chic, tantos conservadurismos de tertulia (explícitos o disfrazados de izquierda nostálgica) matando el mito del progreso sin reparar que lo que estaban dañando era algo más valioso: la esperanza.
Fernando Broncano, Utopía, nostalgia, esperanza, El laberinto de la identidad, 25/09/2021
Comentaris
se parezcan tanto, en su insoportable levedad,
en que no dejen mensaje ni enseñanza alguna,
pues mueren nada más nacen.
Solo el pasado es realmente eterno, pues ha sido y
deja su impronta, sin poder ser borrado.
A la mayoría de nosotros nos atrae lo nuevo, "New",
dicen, la Historia les aburre...
Me agradaría darle esperanza, mire, yo soy hombre de fe,
aunque por motivos que no vienen al caso,
no creo ser salvo ni que me espere una tierra prometida,
no obstante, cumpliendo la profecía aquella de Jesús de que
hasta las piedras hablarían, pues heme aquí...una piedra.
Mateo 24 habla del fin del mundo, especialmente para los malos,
¿Porqué se lo menciono? Habla de lo que esta ocurriendo AHORA,
pero quería incidir acerca de lo que le dije antes acerca de
la novedad, lo nuevo...la humanidad olvida pronto, muy pronto...
¿Se acuerda usted del cometa que se estrello contra Júpiter?
Fue un acontecimiento UNICO, millones de personas vieron algo
que nadie había visto jamás en toda la historia de la humanidad...
sí, eso es lo pretendo decirle, como usted habrá adivinado...
fue una señal, clara como una bengala, del fin de este mundo de maldad.
Por supuesto, también nos habla de una generación muy especial,
diferente a todas las que ha habido anteriormente...
pues los hombres de antaño no estaban familiarizados con términos
como: Calentamiento global, efecto invernadero, agujero en la capa
de ozono, derretimiento del permafrost, lanzamiento de bombas
atómicas, residuos nucleares de larga actividad, tala sistemática
de pluviselvas...
no le pondré versículos, si usted tiene verdadero interés leerá
el capitulo que le mencione, no me gusta fomentar la pereza...
no se lo que me impulso a escribirle esto, pues piedra soy,
y ya no tengo ni esperanza ni amor...y la fe sola no sirve
para nada.
Albert Camus se preguntaba en una de sus obras, si la vida merecía la pena
ser vivida, yo no lo se, a lo mejor el propósito de mi vida era llegar
a usted, quien sabe, los caminos de Dios son inescrutables.
"Somos como niños que juegan en la playa, recogiendo conchas o alguna piedra
más pulida que de costumbre, mientras el vasto océano de la verdad
permanece ignoto delante de nosotros"
Discúlpeme, nunca he podido entender que alguien tan chungo escribiera
una frase tan hermosa y con la que me siento tan identificado.
A más ver picha, desde Barcelona, de momento España. Isaías 40:17 jajaja!!!