Principi antioligàrquic i sorteig.
¿Qué es el principio antioligárquico?
Básicamente consiste en detectar cuando un poder legítimo se apoya sobre una exclusión ilegítima de la participación y eso debido que se atribuye capacidades intelectuales, morales y motivaciones que son generales –o que pueden llegar a generarse utilizando dispositivos inteligentes de potenciación de la cultura política-.
Democracia directa y sorteo.
La idea de que el sorteo puede ayudar a una distribución –o si prefieres
a una socialización- de las competencias políticas es algo que
Protágoras explica a Sócrates y que proporciona herramientas
intelectuales para mañana mismo –es lo que llamo la epistemología
política del especialista.
...intento analizar con detalle cuál era el entorno político del sorteo
en el mundo antiguo. Y en este había un proceso de inclusión social por medio
de la política, por eso las elites oligárquicas abominaban del sorteo y de los
salarios para la participación. De igual modo, el sorteo formaba parte de un
programa inteligente de corrección de los sesgos elitistas de la asamblea, en
ese sentido siempre convivió con la elección.
La democracia directa es muy difícil y limitada: un proceso de fusión participativa es necesariamente lento y en pocas ocasiones se sostiene en el tiempo. Y la democracia directa a través de referéndum puede ser interesante siempre que mejore la deliberación de calidad y poco interesante si promueve la dicotomía al servicio de alguna élite de partido. Mi epistemología política del especialista pretende ser una aportación a la democracia epistémica a través de la respuesta a esta pregunta: ¿cuándo y con qué costes y bajo qué procedimientos puede distribuirse el conocimiento necesario a la participación democrática? La asamblea, como ya comenté, tiende a concentrar el conocimiento, el prestigio y la motivación en pocas manos. Ya era así en Atenas y por eso la democracia reconocía la importancia de la misma pero la controlaba mediante instituciones sorteadas. Algo de eso puede inspirarnos. En cuanto a la deliberación es la condición de la democracia. En el mundo sublunar, o sea en el nuestro, Aristóteles explicaba que debemos deliberar para discernir las estabilidades. En ese sentido no podemos no deliberar. Empezando por nuestro propio espacio íntimo e interno.
Fernando Manuel Suárez, entrevista a José Luis Moreno Pestaña: "La falta de imaginación democrática es nuestro problema fundamental", lavanguardiadigital.com.ar. 13/09/2021
Comentaris