Els animals i el comportament moral.
La expresión justicia salvaje pretende ser una síntesis provocadora. Los animales no sólo tienen sentido de la justicia; también lo tienen de la empatía, el perdón, la confianza, la reciprocidad, entre otros. En este libro, presentamos una visión unificada de la investigación relacionada con el comportamiento moral de los animales. Demostramos que los animales poseen un rico mundo interior –disponen de un amplio repertorio de emociones y un alto grado de inteligencia (son realmente listos y adaptables)– y demuestran flexibilidad en su comportamiento cuando tienen que enfrentarse a relaciones sociales complejas y cambiantes.Además, interactúan socialmente con increíble habilidad: forman intrincadas redes de relaciones y viven de acuerdo con reglas de conducta que mantienen el equilibrio social y con lo que llamamos homeostasis social.Tenemos también en cuenta la evolución del comportamientomoral. La portada de la revista Time 2, en diciembre de 2007, preguntaba “What Makes Us Moral?” [¿Qué nos convierte en seres morales?] y repasaba el estado actual de la investigación sobre la evolución de la moralidad humana. En este contexto, el ensayo mencionaba brevemente la posibilidad de que hubiera comportamiento moral en los animales. Si creemos que la moralidad ha evolucionado en los seres humanos, eso nos conduce a preguntarnos sobre su presencia en los demás animales. Es antiguo el consenso de que los seres humanos tienen estructuras anatómicas y mecanismos fisiológicos comunes con otros animales. Los seres humanos y el resto de los mamíferos poseen, concretamente, un sistema nervioso muy parecido.
Para el lector familiarizado con la biología evolutiva, lo que estamos diciendo es que los argumentos que defienden la continuidad evolutiva –la idea de que las diferencias entre las especies con más de grado que de clase– están siendo respaldados por el descubrimiento de una amplia variedad de capacidades cognitivas
y emocionales en las distintas especies. Creemos que no existe una brecha moral entre los seres humanos y los demás animales, y que decir cosas como “las pautas de comportamiento de lobos o chimpancés son meros atisbos de la moralidad humana” no nos lleva, en realidad, a parte alguna. En algunos casos, las diferencias de grado no son nada significativas y cada especie es capaz de tener su moral en toda regla. La biología bien entendida nos lleva a esa conclusión. La moralidad es una cualidad evolucionada, y “ellos” (los otros animales) la poseen, como la poseemos nosotros.
En ocasiones, también hacemos referencia a la noción de selección de grupo, porque nuestros argumentos sobre el comportamiento moral tienen relación con los debates actuales sobre la selección de grupo frente a la selección individual. Cuando estábamos terminando ya este libro, aparecieron varios artículos con
títulos tan sugerentes como “Survival of the Nicest” [Supervivencia del más amable] o “Survival of the Selfless” [Supervivencia del altruista]3, en los que se exponía que realmente los individuos son capaces de esforzarse “por el bien del grupo en el que viven”.
En Justicia salvaje, además de consignar las últimas investigaciones sobre los animales, hacemos una profunda revisión del modo en que se les entiende y estudia. Ponemos en cuestión el dominio –la hegemonía, podría decirse– del paradigma de la competitividad que ha monopolizado el discurso sobre la evolución
del comportamiento social. El predominio de este paradigma en etología y en biología evolutiva es incorrecto y engañoso, y ya va siendo hora de cambiarlo: a la “ley del más fuerte” hay que oponerle la “justicia salvaje”. Las innumerables situaciones en que los animales trabajan juntos no son vagas apariencias de cooperación,
equidad y confianza, sino que son, en toda regla, lo que parecen. La cooperación, la equidad y la confianza han de considerarse factores de la ecuación evolutiva, sin los que no entenderíamos el comportamiento social en las diversas especies. Con este fin, hemos dedicado mucho tiempo al estudio del comportamiento en el juego social, actividad ésta subestimada por casi todos los científicos interesados en la evolución de la moral. Las pautas de comportamiento que se observan durante el juego sugieren poderosamente que la moralidad ha evolucionado en otros animales y no sólo en los seres humanos.
Marc Bekkof y Jessica Pierce, Justicia salvaje. La vida moral de los animales, Turner Publicaciones, Madrid 2010
http://www.elboomeran.com/obra/560/justicia-salvaje/#
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