Fenomenologia.
La fenomenología sostiene que no hay cosas sino fenómenos. Fenómenos que se aparecen a la conciencia. Podemos decir que vemos o escuchamos “cosas”, pero no sabemos con certeza si están ahí fuera. Se trata más que de fenómenos visuales o auditivos. Con los visuales no vemos por entero la supuesta cosa (si veo a una amigo no veo su espalda o su corazón), con los auditivos tampoco la percibimos (al escuchar una frase o una canción no entiendo su significado o su magia hasta que concluye, debo acompañarla en el tiempo). Es decir, que resulta más apropiado hablar de fenómenos que se me aparecen que de cosas, personas u objetos. Es más científico, más riguroso. Husserl insistirá repetidamente en ello, en el rigor de la fenomenología (mientras la ciencia natural es “descuidada”). La llamada reducción fenomenológica consiste precisamente en eso. En “poner entre paréntesis” la cuestión de la existencia de las cosas. Husserl la llama epojé, un viejo término de la filosofía, utilizado por los escépticos para referirse a la “suspensión del juicio”. La fenomenología no se ocupa de objetos, sino de los objetos-fenómeno, es decir, de los objetos reducidos al ámbito de la conciencia. De ahí que Husserl afirme (a diferencia de los filósofos hindúes), que la conciencia es siempre conciencia de algo, es conciencia intencional.
Juan Arnau, Edmund Husserl, el fantasma lógico y la experiencia del horizonte, El País 29/11/2021
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