Les mancances de la IA.
Para la IA, la barrera infranqueable está en el cuerpo, con su capacidad de actuar con el entorno a través de las experiencias. El cuerpo, y no solo el cerebro, conforma la inteligencia, y sin cuerpo no puede haber inteligencia de tipo general.
Tampoco las máquinas tienen sentido común ni se les puede dotar de él, y sin sentido común no es posible una comprensión profunda del lenguaje ni una interpretación inteligente de lo que capta un sistema de percepción visual o táctil. Estos conocimientos son producto de nuestras vivencias y experiencias como humanos, y dan una generalidad y profundidad inalcanzable para las máquinas, que solo funcionan en entornos restringidos y preparados y no entienden la relación causa-efecto, solo la correlación.
Los sistemas de IA no aprenden como el ser humano, son el olvido catastrófico, no tienen capacidad multipropósito: lo que aprenden en un área no pueden utilizarlo deductivamente en otra.
Concluye López de Mantaras que “por muy inteligentes y generales que llegaran a ser las futuras inteligencias artificiales, siempre serán distintas a la inteligencia humana ya que dependen de los cuerpos en los que están situadas. El desarrollo mental que requiere toda inteligencia compleja depende del entorno. A su vez, estas interacciones dependen del cuerpo. Probablemente las máquinas seguirán procesos de socialización y culturización distintos a los nuestros, por lo que, por muy sofisticadas que lleguen a ser, serán inteligencias distintas a las nuestras. El hecho de ser inteligencias ajenas a la humana –y por lo tanto ajenas a nuestros valores y necesidades– debería hacernos reflexionar sobre las posibles limitaciones éticas al desarrollo de la IA”.7
Por ser más precisos: ¿qué es lo que nunca podrá hacer la IA? Nunca podrá 1) partir de cero y crear algo que no existe; 2) opinar, ser autocrítica; 3) sentir emociones: la IA no puede experimentar emociones como los humanos; 4) pensar de manera abstracta y creativa o improvisar.
No parece que con esta realidad encima de la mesa sea muy racional angustiarse por la capacidad de la IA de desplazar a la humana y poner fin a nuestra civilización. Sería contrario a la experiencia decir que esto nunca podrá suceder, pero no que esto no podrá suceder en un futuro alcanzable.
Carlos López Blanco, Inteligencia Artificial y los luditas exquisitos, Letras Libres 01/07/2023
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