Capitalisme afectiu (Alberto Santamaría).




El capitalismo afectivo ha sido la conquista perfecta (la revolución cumplida). Toda revolución pasa por los afectos. No hay revoluciones que partan únicamente de estudios racionales, sino que en su origen siempre hay pulsiones afectivas. La idea que dice que los afectos son revolucionarios es cierta y la ha sabido aplicar perfectamente el capitalismo. El capitalismo ha hecho que lo imposible, nuestra vida convertida en cálculo económico, se convierta en lo inevitable (aceptar trabajos de mierda, abusos, etc.). Y para ello ha contado con nuestra colaboración. Ha deglutido nuestras potencias afectivas. Ahora bien, ¿puede haber respuesta? Solo hay creación de algo nuevo, decía Lorca, si hay herida, dolor. Pero tenemos que tomar conciencia real de esa herida, no para curarla sino para hacerla visible. El capitalismo afectivo es un analgésico muy potente, que hace de esas heridas material para su supervivencia. Puede hacer que no sintamos el dolor, o que lo aceptemos. Se necesita sentir el dolor como intolerable, y eso el capitalismo afectivo sabe como cauterizarlo. 

En los años setenta los ideólogos del neoliberalismo hablaron del 'votante inteligente'. Este sería aquel que no pierde demasiado tiempo en política, ya que no es una cosa muy importante, y la utilidad de su voto es marginal. Es mejor dedicar tiempo a otras cosas. Y eso ha calado muy hondo en nuestras formas de relación con la política. Es peligroso reducir la vida democrática a este modelo. Al mismo tiempo la sensación de agotamiento que nos rodea contiene también peligro.

Javier Fernández Rubio, entrevista a Alberto Santamaría: "El capitalismo es un enorme animal que expele un hedor putrefacto ...", el diario.es 02/05/2021

https://www.eldiario.es/cantabria/encanta-deforme-maluse-e-indiscipline-lenguaje-sobra-rae-fuego-rae_128_7846813.html

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