Millora de l'economia i política.



Es evidente que la política y la economía están relacionadas. Sabemos, por ejemplo, que hay una correlación robusta entre la bonanza económica y la probabilidad de que un político sea reelegido. Esto a menudo puede explicarse lógicamente. Es razonable que los votantes premien a los políticos que gestionan bien la economía. Pero los votantes no siempre somos tan racionales y a veces premiamos a los políticos (o los castigamos) por cosas que no controlan. Un ejemplo clásico lo encontró el economista Justin Wolfers en EE UU. Descubrió que los estados productores de petróleo reelegían a sus gobernadores cuando subía el precio del petróleo. Los votantes veían mejorar su economía y premiaban al gobernador, que probablemente no había hecho nada. Esto se conoce como errores de atribución.

Kiko Llaneras, Por qué el gordo de navidad puede cambiar tu voto, El País 18/1272017

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