Metafísica i nou realisme.
Los humanos queremos saber, con mucha
razón, de qué va todo esto y dónde estamos. Este impulso metafísico no debe ser
subestimado, ya que es el que distingue a los humanos. El hombre es un animal
metafísico, un animal al que le importa determinar su “posición en el cosmos”,
como decía Max Scheler en un librito
ya clásico. Pero debemos ser muy cautos en nuestra respuesta a la pregunta de
qué va todo esto, ya que no podemos soslayar nuestra experiencia y fingir como
si hubiera un mundo enorme donde nuestra experiencia no tiene cabida. (105)
…
pasar por alto nuestra propia experiencia cotidiana por ir precipitadamente en
busca del todo olvidándonos incluso de nosotros mismos no está en la naturaleza
de las cosas, sino que es un mal hábito que afortunadamente se puede corregir.
(106)
El mundo no es la totalidad de las cosas ni la totalidad de los hechos ni
la totalidad de los hechos, sino el ámbito en el que aparecen todos los ámbitos
existentes. Todos ellos pertenecen al mundo. El mundo es, como dio
acertadamente Martin Heidegger, “el ámbito de todos los ámbitos”. (54)
… la existencia y el conocimiento humano no son alucinaciones colectivas ni
nos apresan en un cepo de mundos ilusorios o sistemas conceptuales tras los que
se oculta el mundo real. El nuevo realismo parte más bien de la idea de que
conocemos el mundo tal como es en sí. Por supuesto que podemos engañarnos, y
entonces sí que nos encontraremos quizá en una ilusión. Pero no es en absoluto
verdad que siempre, o casi siempre, nos engañemos. (13)
NUEVO REALISMO: Doble tesis según la cual, en primer lugar podemos conocer
las cosas y hechos en sí, y en segundo lugar, las cosas y hechos en sí no
pertenecen a un único ámbito objetual.
(221).
Markus Gabriel, Por qué el mundo no existe, Ediciones Pasado y Presente, Barcelona, cuarta edición julio 2016
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