Economia i profecies autocomplertes.

Sin embargo, a raíz de las crisis financieras de las dos últimas décadas, los economistas que han analizado más perspicazmente el funcionamiento de los mercados de inversión han tomado una clara consciencia de su tendencia estructural a las “profecías autocumplidas”. Se trata de una lógica diabólica: cuando los inversores prevén que un país tendrá problemas –o a veces simplemente lo creen, movidos por prejuicios sin ningún fundamento económico racional– son ellos mismos quienes se encargan de creárselos. Huyen y, con su huida, lo hunden en la miseria. Bienvenidos al mundo de “las expectativas que se cumplen a sí mismas”.

Esta lógica –que en el caso de los mercados de inversión privada se desplegó con todo su ímpetu en las crisis financieras de los noventa, muy especialmente en la del sureste asiático– se repite hoy, en cierto modo, en los mercados de deuda pública de los periféricos del euro. Los inversores que creen que los países de la UE con déficit no podrán devolver sus deudas –y que huyen hacia “valores seguros” como el bono alemán o el estadounidense, que en momentos han alcanzado incluso rentabilidades negativas– disparan sus primas de riesgo y, con ello, incrementan hasta límites insoportables el volumen de sus deudas. Al temer que la deuda española, portuguesa, irlandesa o griega sea impagable, los mercados financieros se comportan de tal modo que casi consiguen que lo sea. Su reacción ante los problemas fiscales de los países del euro no hace sino empeorarlos. Para protegerse de un riesgo, lo incrementan: esta es hoy la paradoja –que no tiene nada de nuevo– del funcionamiento del sistema financiero.

Toni Comín i Oliveres, Sortear profecías autocumplidas, Público, 13/02/2012
http://blogs.publico.es/dominiopublico/4791/sortear-profecias-autocumplidas/

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