Les nostres manies.
Nuestras manías son como pequeñas religiones privadas, cultos íntimos con los que tratamos de contrarrestar la permanente amenaza del azar y el desparrame de la vida, incontrolable. Inexplicables pero fijas, las manías son lo más nuestro de lo nuestro. Para poder convivir pacíficamente con alguien, mucho más importante que compartir ideas políticas o gustos gastronómicos es tolerar sin reproches sus manías...
Todos somos, a escala mayor o menor, maniáticos. Nada de malo hay en ello, aunque ciertas manías son más perturbadoras que otras. Lo temible son los maniacos, o sea, los maniáticos empeñados en imponer sus manías a los demás, convertidas en dogma, adornadas con virtudes irrenunciables y transformadas en moral. Aún más, en superioridad moral. Hoy pululan por las redes sociales, intimidando a muchos.
Fernando Savater, Maníacos, El País 23/09/2017
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