Gòrgies i la seva teoria del llenguatge.
Como es sabido Sobre
el no-ser de Gorgias pretendía
demostrar sucesivamente tres tesis: 1) Nada existe; 2) Si existiese algo, algo
sería incognoscible; 3) Incluso si ese algo fuera cognoscible, no podría ser comunicado a nadie. Sea
cual sea el alcance general de dicho tratado, en el que se tiende a ver cada
vez más algo distinto de un simple juego erístico, resulta difícil tomar a la
ligera la argumentación que Gorgias
desarrolla en apoyo de su última tesis. Esta se funda, aparentemente, en la
incomunicabilidad de los sentidos: “ … si aquello que es visible es captado por
la vista, lo audible por el oído, y no indistintamente por uno u otro sentido,
¿cómo puede eso manifestarse a otro?”. Pues el discurso es una realidad
audible: ¿cómo podría entonces expresar realidades que se revelan tan sólo a los
otros sentidos? “Los cuerpos visibles son completamente diferentes de las
palabras. Pues el medio por el que se capta lo visible es completamente
diferente de aquel por el que se captan las palabras. Siendo así, el discurso
no revela en modo alguno la mayoría de las cosas a que se refiere, de la misma
manera que unas cosas no revelan en modo alguno la naturaleza de las otras.” (Sexto Empírico, Adversus mathematicos, VII, 83-87).
Si la incomunicabilidad de los sentidos tiene como
corolario la incomunicabilidad del discurso y de aquello a lo que se refiere,
ello se debe a que el discurso es una realidad sensible como las demás. (…) “El
medio que tenemos de expresar es el discurso y el discurso no es aquello a que
se refiere, no es lo ente; por tanto, lo que nosotros comunicamos a los demás
no es lo ente, sino el discurso, que es diferente de aquello a lo que se
refiere” (Adv. Math, VII, 84). (100)
De que aquí se diga que el discurso no es lo ente, no se
sigue que el discurso sea no-ser, sino sólo que no es el ser del que habla; y
precisamente porque es un ser como los demás sólo puede manifestar lo que él
es. (…) Así, pues, el discurso no remite a otra cosa que así mismo. Siendo una
cosa entre las otras, su relación con las demás no pertenece al orden de la significación, sino sólo al del encuentro: “El discurso nace a
consecuencia de las cosas que desde el exterior nos afectan, a saber, las cosas
sensibles. Del encuentro con lo líquido resulta para nosotros el discurso
relativo a dicha cualidad; y de la presentación del color resulta el discurso
que lo traduce” (VII, 85).
… si nuestras palabras tienen sentido para otro, ello se
debe a que él posee la percepción de las cosas de que hablamos; así pues, es la
percepción que el otro tiene de la cosa lo que da sentido, para él, a nuestras
palabras, y no el hecho de que éstas tengan una significación intrínseca: no
hay ni comprensión ni, hablando con propiedad, transmisión o comunicación, sino
sólo un encuentro accidental en cuya virtud nuestras palabras, en vez de
perderse, resultan asumidas por otro a cuenta suya, es decir, como expresión de
su propia experiencia. (101)
-->
… el tratado Sobre
el no-ser no tendría por objeto establecer la imposibilidad del discurso,
sino sólo la especificidad de su campo, que es el de las relaciones humanas, y
no es el de la comunicación del ser. (101)
Pierre Aubenque, El problema del ser en Aristóteles,
Taurus Ediciones, Madrid 1984
-->
Comentaris