Contra les fantasies distòpiques de la IA.







El concepto de «inteligencia artificial general» a la que, supuestamente, vamos a llegar en tan solo unos años, es harto difuso. Si no tenemos claro qué es la inteligencia, tanto más cuál será la cualidad que la hace general. Es más, de hecho dentro de la psicología hay controversia sobre si la inteligencia es una habilidad general o si solo es una amalgama de habilidades concretas. Si observamos el concepto de cociente intelectual creado por William Stern solo es multiplicar por cien el resultado de la división entre tu edad mental, que surge del promedio de resultados en una serie de pruebas, y tu edad cronológica. El CI es solo un promedio, es decir, no mide una habilidad general. Tener un alto CI solo significa que eres bueno en muchas cosas, no que tengas una cualidad x superior. Entonces, ¿qué quiere decir que vamos a llegar a una AGI? ¿Qué vamos a tener un solo modelo de lenguaje que va a saber hacer muchas cosas diferentes? Pero, ¿cuántas cosas? ¿Qué cosas?

Entonces, esa mal definida y peor comprendida AGI llegará y, es más, se hará a sí misma más inteligente creando una super inteligencia muy por encima del hombre. Los defensores de esta idea no se cortan en sostener que esta nueva entidad nos verá como nosotros vemos ahora a los chimpancés… Y aquí llega el gran riesgo existencial: esa super inteligencia podría tener unos valores éticos no alineados con los nuestros de modo que no tendrá otra idea más peregrina que exterminarnos. Por supuesto, nada podrá pararla, al igual que los pobres chimpancés no podrían detenernos si decidiéramos aniquilarlos. Pero, ¿es esto necesariamente así? Si así fuera Eliezer Yudkowsky no andaría desacertado y habría que empezar a bombardear centros de datos ahora mismo. Muy sorprendente que grandes gurús de la IA hayan pedido ya en dos ocasiones mediante sendas cartas, parones o legislaciones para evitar todo esto. Sam Altman llegó incluso a pedirlo ante un comité del senado de los Estados Unidos. Lo sorprendente es que pidan que se les pare desde fuera… ¿No podrían ellos parar desde dentro? Pero, ¿esto va a ocurrir necesariamente? ¿Existe un riesgo palpable y cercano de que algo así vaya a suceder? Rotundamente no.

Tenemos una pobre definición de inteligencia y aún peor de AGI, tanto menos entendimiento de lo que sería una súper inteligencia artificial que decidiera exterminarnos. Pésimo punto de partida. Pero vamos a analizar ese proceso de automejora que nos llevaría indefectiblemente a la llegada de la súper inteligencia.

El filósofo chino Yuk Hui sostiene que mantenemos un cierto determinismo tecnológico hacia la llegada de esta superinteligencia, como si solo existiera la posibilidad de un único futuro. Esto me recuerda a la visión antropológica del evolucionismo unilineal de Morgan y Tylor, que defendía que todas las civilizaciones pasaban necesariamente por las fases de salvajismo, barbarie y civilización. El fin de la historia hacia donde todos íbamos estaba, por supuesto, en la Inglaterra del siglo XIX. Esta postura me resulta especialmente curiosa cuando la experiencia histórica en lo referente a la tecnología, y más en los últimos tiempos, es todo lo contrario: domina la impredecibilidad. No se previó el éxito de internet, de las redes sociales, de Youtube, de Twitter… ¿Alguien pensó, tan solo unos años antes de su aparición, que podría existir la profesión de youtuber? ¿Quién vaticinó el éxito de Netflix? ¿Alguien apostaba algo por Amazon cuando solo era una humilde tienda de libros? Curioso: tenemos cisnes negros por doquier pero con respecto de la llegada de la singularidad tecnológica causada por una IA que querrá exterminarnos estamos muy seguros. Aunque ahora nos parezca improbable debido a nuestro entusiasmo, es posible que la IA se queda estancada, es posible que los modelos del lenguaje no avancen mucho más o no puedan resolver los problemas que tienen. A lo mejor llega otra forma de abordar la IA que pase a ponerse de moda y deje relegado al deep learning. Recordemos que las redes neuronales artificiales estuvieron durante muchos años relegadas a un segundo plano en la historia de la informática, y que la propia IA ha pasado por varios inviernos poco fructíferos.

Noam Chomsky, probablemente el lingüista más importante del siglo pasado, sostiene que ChatGPT no es similar a los humanos usando el lenguaje. Los niños no leen millones de textos a partir de los que inducen patrones estadísticos para realizar predicciones. Los niños, con muchísima menos información, consiguen encontrar las causas relevantes de los acontecimientos, consiguen explicaciones y no solo predicciones. Siguiendo a Popper, Chomsky dice que lo interesante de las teorías científicas es que en ellas se realizan predicciones improbables que, contra todo pronóstico, consiguen resistir la prueba experimental. El deep learning es incapaz de la hipótesis perspicaz. Erik J. Larsson, en su muy recomendable El mito de la inteligencia artificial, insiste en las limitaciones del razonamiento puramente inductivo de los LLMs y en su incapacidad de abducción. Judea Pearl, en su algo menos recomendable, Libro del porqué, expresa la necesidad de enseñar razonamiento causal a estos sistemas, ya que carecen completamente de él.  Margaret Boden, subraya que las máquinas son incapaces de creatividad transformacional, es decir, que pueden explorar y llevar al límite estilos artísticos ya creados, pero que son incapaces de hacer formas de arte radicalmente nuevas. La razón es que son totalmente ineptos para comprender qué es arte y qué no lo es, adolecen de todo criterio estético. Si miramos en serio sus cualidades, ChatGPT y sus homólogos están todavía lejísimos del pensamiento humano, y me parece muy sorprendente que tantos ingenieros de IA estén tan asustados, más que como una inteligente maniobra de marketing. Y ya no hablemos de emociones o consciencia: por muchas idioteces que se digan, estos modelos carecen por completo de ellas y, aunque uno de los grandes logros de la IA ha sido mostrar que es posible la inteligencia sin consciencia, todavía no sabemos muy bien el papel que juega esta segunda en la primera: ¿y si la consciencia fuera fundamental para realizar ciertas tareas cognitivas?

No quiero parecer chauvinista con respecto al pensamiento humano. Creo que los hombres somos muy torpes y quién sabe si nuestra falta de capacidades sea la responsable de que gran parte de los enigmas del universo permanezcan irresueltos pero, por favor, creo que somos muchísimo más que un modelo de lenguaje que juega a un corta-pega estadístico con millones de tokens, sin comprender absolutamente nada de lo que hace. Lo siento pero me niego aceptar que estos loros estocásticos puedan compararse con nosotros y que sean, además, la causa de un gran optimismo hacia que nuevos modelos nos superen en muy poquitos años. Creo que todavía estamos muy lejos de entender cómo funciona nuestra mente, tanto más para construir una artificial.

Con todo este argumentario no estoy negando tajantemente la posibilidad de que llegara un momento de la historia en que apareciera la susodicha súper inteligencia artificial que terminará por exterminarnos, no se me entienda mal, solo estoy sosteniendo que su posibilidad es, a día de hoy, tan sumamente remota que no debe interceder en nuestra forma de legislar actual. (...)También habría entonces que comenzar las prevenciones contra un apocalipsis zombi, una rebelión de los simios, invasión extraterrestre, glaciación repentina, muerte temprana del sol… ¡Todo esto también entra en el rango de la posibilidad!

Problemas tan acuciantes como el cambio climático o las crisis de diversa índole que asolan periódicamente nuestras frágiles democracias, pueden ser abordados con IA. Entonces, como bien sostiene Andrew Ng, no hay que parar el desarrollo de la IA, sino que hay que acelerarlo. Dejemos de preocuparnos por fantasías distópicas basadas en relatos de ciencia-ficción, y busquemos y fomentemos el enorme abanico de usos positivos que tiene esta potente tecnología.

Santiago Sánchez-Migallón Jiménez, Contra el riesgo existencial de la IA, La máquina de Von Neumann 05/06/2023

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