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Hans Jonas |
La definición de lo que se pueda entender por vida es complicada. Desde el punto de vista más filosófico,conceptual,hay una cierta idea de que el fenómeno vital va asociado a una especie de capacidad de autonomía respecto al entorno. Hay un filósofo que me gusta particularmente,
Hans Jonas. Se formó con
Heidegger y ha desarrollado una filosofía de la vida muy peculiar:la vida como un principio fundamental para entender el dinamismo de la materia. La vida nos aboca a separar lo que es la mente de lo que es el espíritu. A medida que se da la evolución,el espíritu va emergiendo,se va haciendo más presente conforme nos acercamos a nuestra propia especie. Si se mira la historia de la filosofía se ve que se dice que espíritu sólo hay en nuestra propia especie.
Jonas lo niega. Para no separar lo que es la vida de lo que es la materia,quiere ver cierto espíritu balbuciente en el hecho de que un organismo,una simple bacteria (que no son tan simples) tenga una cierta capacidad de respuesta sensorial. Se puede decir que a eso no se le puede llamar espíritu,porque es muy mecánico,pero lo curioso de la dinámica de la vida es que se va haciendo progresivamente más compleja hasta que eso que denominamos espíritu va tomando unas proporciones hasta llegar a nuestra especie en la que tiene enorme trascendencia. Pero no es algo que aparezca de la noche a la mañana. Se puede,científicamente,incardinar en la propia evolución biológica. Lo único que necesitamos es un cierto cambio conceptual para hablar de manifestaciones del espíritu muy elementales desde los primeros momentos en que emerge la vida. Este es el pensamiento de
Jonas. Él lo hace para superar el antagonismo entre mente y materia,mente y espíritu. En nuestra especie,las manifestaciones del espíritu,yo las llamaría manifestaciones de la mente,implosionan y explosionan. Somos seres que ejercitamos mucho la mente y sus propiedades están a la orden del día. Con nuestra mente hemos sido capaces de sacar adelante transformaciones muy importantes. Hay una cuestión que no está resuelta y fascina y que creo que en algún momento se podrá resolver:¿cómo nuestro espíritu,de una manera consciente,es capaz de mover la materia? Yo doy instrucciones a mi cuerpo para mover los dedos. Esto,filosóficamente,es un problema de primera magnitud. ¿Cómo algo que,en principio,es inmaterial tiene capacidad de ejercer una acción sobre la materia? El cerebro,una enorme red compleja de interacciones entre neuronas,una cierta entidad inmaterial,da instrucciones para que se movilice algo material. Pero lo que no podemos es decir que es algo propio de nuestra especie. Vuelvo a ponerlo en el contexto de la evolución. Otra cuestión es que tengamos más o menos la conciencia de que estas acciones se ponen en marcha por una entidad inmaterial. Yo digo (...) que el espíritu es la interacción de la materia. Es una frase muy fuerte que busca superar la dicotomía entre mente y materia y ponerlo todo en un contexto evolutivo. Los procesos de generación de las actividades superiores del cerebro,particularmente del cerebro humano,son producto de la evolución. No son algo exclusivo de nuestra especie. Se puede entender cómo se han producido estas categorías complejas. El pensamiento,las sensaciones amorosas,muchas actividades propias de nuestra especie admiten una lectura en el contexto de la dinámica de la vida de otros seres que no han alcanzado las cotas de espiritualidad que hayamos podido conseguir nosotros.,pero hay un cierto continuo.
Andrés Moya, "El sentit de la vida", entrevista a Andrés Moya, philosophytogo, 27/07/2011
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