Neoliberalisme i precariat.



Hay que tener en cuenta que, desde los años ochenta, la transformación mundial ha permitido la creación de Estados neoliberales al servicio de los intereses del capitalismo de rentas. En nombre del libre mercado, las instituciones han apoyado políticas que favorecen a los que obtienen rentas de sus propiedades, ya sean financieras, físicas o las llamadas intelectuales. Eso ha beneficiado a la plutocracia —los ciudadanos mundiales que ganan miles de millones de dólares o euros— y a las élites nacionales, que también obtienen la mayor parte de su dinero de inversiones. Pero ha despojado a la clase más amplia y cada vez más numerosa, el precariado, de toda apariencia de seguridad económica.
Para comprender lo que está ocurriendo y por qué estamos en un momento trascendental, debemos remontarnos a 1947, cuando un pequeño grupo de economistas, que compartían el odio al socialismo, se reunió en un balneario suizo y formó la Sociedad Mont Pelerin (MPS en sus siglas en inglés), que hoy sigue en activo. La MPS defendía el libre mercado y el individualismo y aborrecía cualquier organismo que favoreciera la solidaridad social. Es el grupo de economistas más influyente de la historia pero no lo conoce casi nadie. De los 36 miembros originales, al menos ocho recibieron premios Nobel de Economía. Su centro era la Universidad de Chicago y sus primeros líderes fueron Friedrich von Hayek, Milton Friedman y Arnold Harberger, que apoyaron el sangriento golpe militar de 1973 en Chile, visitaron el país y se reunieron con Augusto Pinochet.
También fueron asesores de Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Muchos discípulos se convirtieron en ministros de Finanzas o gobernadores de los bancos centrales de distintos países y ocuparon puestos destacados en el Tesoro de EE UU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El más pernicioso fue James Buchanan, premio Nobel en 1986 y mentor de los hermanos Koch, los multimillonarios que se han dedicado a financiar causas de extrema derecha en todo el mundo. Buchanan pensaba que los Gobiernos debían estar dirigidos por los que “hacían” (los dueños de propiedades) y no los que “aceptaban” (los que no tenían propiedades).
En 1981, la MPS celebró su reunión anual en Viña del Mar, el centro turístico chileno en el que Pinochet había planeado el golpe de 1973. Chile resulta muy simbólico, porque es el primer país en el que el neoliberalismo se puso plenamente en práctica. El objetivo era reducir al mínimo el Estado social, privatizar no solo todas las actividades económicas sino todos los servicios sociales, incluidos la Seguridad Social, la educación, la sanidad, el transporte, las carreteras y otras infraestructuras. Precisamente lo mismo que se propuso hacer Margaret Thatcher en el Reino Unido. Thatcher era ferviente admiradora de Pinochet, le regalaba botellas de whisky de primera calidad y le protegió en Inglaterra cuando necesitó tratamiento médico. A su vez, ella fue un ídolo para la derecha y el centro de toda Europa y otros lugares.
Guy Standing, El precariado se rebela, El País 15/11/2019

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