Quan es perd el respecte a la veritat.


Los datos que publican los científicos han de poder ser reproducidos en cualquier lugar del mundo. Si no se reproducen, es posible que no sean ciertos, y esto suele desencadenar la retracción de la publicación original. Por lo tanto, la ciencia es un sistema iterativo para garantizar la autenticidad de los datos y cuyo objetivo final es averiguar la verdad. Siempre ha habido intentos de controlar la ciencia y a los científicos. En sus inicios, ejercían una profesión peligrosa, sabían que podían terminar en la hoguera por promulgar verdades empíricas, como Giordano Bruno o Miguel Servet. Es posible que la verdad empírica no interese a quien sustenta o quiere sustentar el poder. Ya lo decía Hannah Arendt, “el hombre que dice la verdad pone su vida en peligro”. Afortunadamente, a lo largo de la historia la verdad siempre ha terminado triunfando sobre las supersticiones o las manipulaciones, y gracias a eso ha avanzado el mundo. Pero siempre puede haber un retroceso, el interés en propagar la desinformación o las mentiras siempre ha estado ahí y ha sido usado por personas o entidades poco éticas para su propio beneficio. El problema es que ahora hay herramientas como las redes sociales que permiten que las noticias falsas se viralizen y crezcan exponencialmente, y, como decía el infame Göbbels, “si se repite una mentira suficientes veces se convierte en verdad”.
Aún más peligroso que la mentira es un mundo en el que se pierde el respeto a la verdad. También lo advertía Hannah Arendt: “Si todo el mundo te miente siempre, la consecuencia no es que te creas las mentiras, sino que ya nadie cree en nada”.
La única manera de que avancemos como sociedades libres es seguir respetando el conocimiento que nos acerca a la verdad racional, y desconfiar de aquellos que dicen alegremente que el resultado del trabajo de los científicos de todo el mundo es opinable. Una ideología es opinable, unas decisiones 
María A. Blasco, El difícil camino de la verdad, el cultural 24/06/2019

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