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De la matèria mai no pot sorgir res d'intel·ligent (John Locke)

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Entonces, si algo debe ser eterno ¿qué tipo de Ser debe ser? Para la razón es muy obvio que debe ser necesariamente un ser cogitativo. Porque es imposible concebir que cualquier simple materia no cogitativa pueda producir un ser inteligente y pensante, así como que la nada de sí misma produzca materia... Supongamos que podemos encontrar una porción de materia eterna, grande o pequeña, en sí misma capaz de producir nada ... La materia, por su propia fuerza no puede producir en sí misma movimiento: este movimiento debe ser también desde la eternidad o producido y añadido a la materia por algún otro ser más poderoso que la materia ... Pero supongamos que el movimiento es también eterno; la materia, la materia no cogitativa y el movimiento, cualesquiera que sean los cambios que se puedan producir en su figura y en su masa, nunca puede producir pensamiento: el conocimiento queda fuera de las posibilidades de poder ser producido por el movimiento y la materia, del mismo modo que la materia n...

L'argument del disseny (defensat per Cleantes en els "Diàlegs" de Hume)

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Cleantes- Mirad el mundo que nos rodea: contempladlo en su totalidad y en cada una de sus partes. Encontrareis que no es otra cosa que una gran máquina, subdividida en un número infinito de máquinas más pequeñas, las cuales admiten subdivisiones hasta un grado que va más allá de lo que los sentidos y facultades humanas pueden seguir y explicar. Todas estas diversas máquinas, y hasta sus más diminutas partes, están ajustadas unas a otras con una precisión que provoca la admiración de todos los hombres que alguna vez las han contemplado. La curiosa adaptación de los medios a los fines a través de toda la naturaleza se asemeja exactamente, aunque la excede bastante, a los productos de la invención, del diseño del pensamiento, de la sabiduría y de la inteligencia humanos. Puesto que los efectos se asemejan unos a otros, estamos obligados a inferir, por todas las reglas de la analogía, que las causas también se asemejan y que el Autor de la naturaleza es algo similar a la mente del hombre,...

Esperit científic contra esperit teològic (Miguel de Unamuno)

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Lo propio y característico de la abogacía es poner la lógica al servicio de una tesis que hay que defender, mientras el método, rigurosamente científico, parte de los hechos, de los datos que la realidad nos ofrece para llegar o no llegar a conclusiones. (...) La abogacía supone siempre una petición de principio, y sus argumentos son ad probandum . Y la teología supuestamente racional no es sino abogacía.  Para el teólogo, como para el abogado, el dogma, la ley, es algo dado, un punto de partida que no se discute sino en cuanto a su aplicación y en su más recto sentido. Y de aquí, que el espíritu teológico o abogadesco sea en su principio dogmático, mientras que el espíritu estrictamente científico, puramente racional, es escéptico, esto es, investigativo (...) la ciencia verdadera, la ciencia investigativa, escéptica en el sentido primitivo y directo de ese término, no amina a una solución ya prevista sino a ensayar una hipótesis. (págs. 94-95) Miguel de Unamuno , Del sentimiento ...

El perdedor radical I: una figura humana que val la pena investigar.

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Nadie se interesa espontáneamente por el perdedor radical. El desinterés es mutuo. En efecto, mientras está solo (y está muy solo) no anda a golpes por la vida; antes bien, parece discreto, mudo: un durmiente. Si alguna vez llega a hacerse notar y queda constancia de él, provoca una perturbación que raya en el espanto, pues su mera existencia recuerda a los demás que se necesitaría muy poco para que ellos se comportasen de la misma manera. Si abandonara su actitud, quizá la sociedad incluso le ofrecería auxilio. Pero él no piensa hacerlo, y nada indica que esté dispuesto a dejarse ayudar. A muchos profesionales, el perdedor radical les sirve de objeto de estudio y medio de vida. Psicólogos sociales, trabajadores sociales, políticos responsables de asuntos sociales, criminólogos, psicoterapeutas y otros que no se autocalificarían como perdedores radicales, se ganan el pan de cada día ocupándose de él. Pero, aun poniendo la mejor voluntad, el cliente permanece opaco a sus miradas, pues s...

El perdedor radical II: la víctima radical.

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Quien desee entender al perdedor radical tal vez debería profundizar más en las cosas. El progreso no ha eliminado la miseria humana, pero la ha transformado enormemente. En los dos últimos siglos, las sociedades más exitosas se han ganado a pulso nuevos derechos, nuevas expectativas y nuevas reivindicaciones; han acabado con la idea de un destino irreductible; han puesto en el orden del día conceptos tales como la dignidad humana y los derechos del hombre; han democratizado la lucha por el reconocimiento y despertado expectativas de igualdad que no pueden cumplir; y al mismo tiempo se han encargado de exhibir la desigualdad ante todos los habitantes del planeta y en todos los canales de televisión durante las 24 horas del día. Por eso, la decepcionabilidad de los seres humanos ha aumentado con cada progreso. “Cuando los progresos culturales son realmente un éxito y eliminan el mal, raramente despiertan entusiasmo”, observa el filósofo. “Más bien se dan por supuestos, y la atención se ...

El perdedor radical III: qui conspira contra mi?

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¿Quiénes son, pues, esos agresores anónimos y superpoderosos? Responder a esta punzante pregunta desborda a ese ser singularizado, reducido a sí mismo. Si no le sale al paso un programa ideológico, su proyección no encuentra ningún objetivo social; lo busca y lo halla en el entorno cercano: el superior injusto, la esposa rebelde, los niños vociferantes, el vecino maligno, el colega intrigante, la autoridad tozuda, el facultativo que le niega el certificado médico, el profesor que le pone malas notas. ¿Y no habrá también maquinaciones de un enemigo invisible y sin nombre? En este caso, el perdedor no tendría que confiar en su propia experiencia y podría echar mano de lo que ha escuchado en alguna parte. A los menos les es dado inventar una quimera aprovechable para sus fines. Por eso, el perdedor aprovecha el material que flota libremente en la sociedad. No es difícil localizar a los poderes conminatorios que le tienen ojeriza. Se trata generalmente de los inmigrantes, servicios secreto...

El perdedor radical IV: contra l'instint de conservació.

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Al sentido común, la lógica del perdedor radical le resulta incomprensible. Aquél apela al instinto de conservación, considerándolo un hecho natural, indiscutible e incuestionable. Sin embargo, esta noción responde a una idea precaria, históricamente muy variable. Es cierto que ya los griegos se referían al instinto de conservación. Todo animal y todo ser humano estaban predispuestos, desde su nacimiento, a hacer lo posible para sobrevivir: así lo enseñaban los estoicos. También en Spinoza el concepto desempeña un papel central. Habla de  conatus , entendiendo por ello una fuerza que habita sin excepción en todo ser viviente. Kant, en cambio, ofrece una lectura distinta: según él, no se trata de un instinto natural puro, sino más bien de un postulado ético. “La […] primera obligación del hombre consigo mismo es, por su condición de bestia, la conservación de su naturaleza animal.” De lo que Lichtenberg deduce: “Qué deplorable es el hombre si todo debe hacerlo él mismo; exigirl...

Franco Volpi interpreta la "història d'un error" de Nietzsche.

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En un breve texto inserto en el Crepúsculo de los ídolos (1888), titulado "Cómo el mundo verdadero terminó por convertirse en fábula", Nietzsche ofrece un compendio iluminador de la historia del nihilismo-platonismo en seis capítulos.  1.Nietzsche alude aquí a la situación que se verifica en la primera fase de la historia del platonismo-nihilismo, es decir, al capítulo que corresponde al pensamiento de Platón: se postula la existencia de un mundo verdadero, suprasensible, que, sin embargo, no ha llegado a ser aún una entidad meramente "ideal", "platónica", sino que es alcanzable para los sabios.  2.En la segunda fase se abre la fractura entre mundo ideal y mundo sensible, entre trascendencia e inminencia, desde el momento en que incluso para el sabio el mundo ideal es sólo una promesa, por tanto, por ahora inalcanzable. Contextualmente se desvaloriza el mundo sensible: la existencia terrena se degrada al ámbito de la apariencia, de la transitoriedad, aun ...

Vattimo interpreta la "història d'un error" de Nietzsche.

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En una famosa página del Crepúsculo de los ídolos , bajo el título «Cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en fábula», Nietzsche recorre de nuevo las etapas de esta consumación. En primer lugar, la filosofía griega creyó colocar la verdad del mundo en un más allá metafísico—el mundo de las ideas de Platón que, con su precisión y estabilidad, debían garantizar la posibilidad de conocer rigurosamente las cosas cambiantes y mutables de la experiencia cotidiana—; después, mucho más adelante en la misma historia filosófica de la idea de verdad, llegó el descubrimiento kantiano de que el mundo de la experiencia está co-constituido por la intervención del sujeto humano (sin las formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento no hay «mundo», sólo una «cosa en sí» de la que no sabemos nada, salvo que no podemos negar que exista); finalmente, el pensamiento toma consciencia de que lo que es verdaderamente real, como dicen los positivistas, es el hecho «positivo», esto es, el dato ve...

Nietzsche: història d'un error

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1. El mundo verdadero, asequible al sabio, al piadoso, al virtuoso, -él vive en ese mundo,  es ese mundo . (La forma más antigua de la Idea, relativamente inteligente, simple, convincente. Transcripción de la tesis «yo, Platón, soy la verdad»). 2 .  El mundo verdadero, inasequible por ahora, pero prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso («al pecador que hace penitencia»). (Progreso de la Idea: ésta se vuelve más sutil, más capciosa, más inaprensible, - se convierte en una mujer , se hace cristiana...). 3. El mundo verdadero, inasequible, indemostrable, imprometible, pero ya en cuanto pensado, un consuelo, una obligación, un imperativo. (En el fondo, el viejo sol, pero visto a través de la niebla y el escepticismo; la Idea, sublimizada, pálida, nórdica, königsburguense). 4. El mundo verdadero -¿inasequible ? En todo caso, inalcanzado. Y en cuanto inalcanzado, también  desconocido . Por consiguiente, tampoco consolador, redentor, obligante: ¿a qué podría obligarnos ...

En què consisteix l'era postmoralista?

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La cultura de la obligación moral ha dejado paso a la de la gestión integral de uno mismo, el reino del pragmatismo individualista ha reemplazado al del idealismo categórico, los criterios de respeto hacia sí mismo han entrado en el ciclo móvil e indeterminado de la personalización, de la psicologización,de la operacionalización. El proceso posmoralista ha transformado los deberes hacia uno mismo en derechos subjetivos y las máximas obligatorias de la virtud en opciones y consejos técnicos con miras al mayor bienestar de las personas. Se ha pasado una página de la historia de la moral moderna: la moral individual se ha convertido en una moral desustancializada, inencontrable para mayor provecho de la dinámica histórica de la autonomía individualista en adelante liberada de una forma de obligación interna que determinaba imperativamente las conductas. Cuidémonos de la cantinela decadente: la expansión de los derechos subjetivos y la defección de los deberes individuales no deben servir ...

Ja portem més de dos segles sentint la mateixa cantarella: la nostra societat es descompon (Gilles Lipovetsky)

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La ética puede estar bajo los focos, pero la opinión pública no oculta su pesimismo. El sentimiento que domina incuestionablemente es el de la descomposición moral: a comienzos de la década de 1980, dos tercios de los europeos creía que la ayuda entre las personas no dejaba de retroceder, el 60 % consideraba que no se debe tener confianza en los demás; en la actualidad, una amplia mayoría de los franceses considera que su país está a punto de volverse racista. Sea cual sea el lugar ocupado por el tema del despertar de la ética a ojos de la opinión pública, son mucho más característicos del momento actual el hundimiento de los ideales y la decadencia moral. Claro que, en cierto sentido, no hay nada nuevo bajo el sol. Desde hace por lo menos dos siglos, cada generación conjuga con más o menos virulencia la idea de disolución de los valores y quebrantamiento de las costumbres. Hoy como ayer puede oírse la misma cantinela sobre el mundo moderno entregado a la  violencia, al egoísmo, a ...

No vivim en l'apoteosi del nihilisme modern (Gilles Lipovetsky)

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Es grande la tentación de asimilar la cultura del posdeber al grado cero de los valores, a la apoteosis del nihilismo moderno. En la década de 1960, Castoriadis consideraba que las creencias comunes relativas al Bien y al Mal habían desaparecido, «la idea general es que se puede hacer cualquier cosa y que nada está mal con tal de salir bien parados de ello» Un poco más tarde, Baudrillard analizaba la sociedad contemporánea como un sistema sin puntos de referencia en la que todos los valores se conmutan, en la que todo se intercambia en una circularidad sinfin. Aún más recientemente, Alian Bloom escribía que «ya no se es capaz de hablar con la menor convicción del bien y del mal», ya nadie cree verdaderamente en algo, «hay una crisis de valores una crisis de proporciones inauditas».  Los ambientes intelectuales han permanecido largo tiempo fascinados por el escenario nihilista, son siempre el naufragio y el catastrofismo del «todo a hacer puñetas» los que dominan las lecturas de las...

Dostoievski, més que un novel·lista.

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Dostoievski no es más que un novelista. No ofrece en modo alguno un sistema, no aporta ninguna solución a los terribles problemas que plantea a nuestro siglo la organización de la vida social. Es esto,si se quiere, una inferioridad. Pero sepamos, al menos, comprender el significado de un hecho semejante. No es verdad que el hombre, aunque parezca decirlo algunas veces, no pueda organizar la tierra sin Dios. Lo cierto es que sin Dios no puede, en fin de cuentas, más que organizaría contra el hombre. El humanismo exclusivo es un humanismo inhumano. Por lo demás, la fe en Dios, esta fe que nos inculca él cristianismo en una trascendencia siempre presente y siempre exigente, no tiene por finalidad el instalarnos cómodamente en nuestra existencia terrestre para adormecernos en ella, aunque muy febril sería nuestro sueño. Por el contrario, esta fe nos inquieta y viene a romper incesantemente el equilibrio demasiado bello de nuestras concepciones mentales y de nuestras construcciones sociales...

"La religió és l'opi del poble". (Marx)

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El hombre no es un ser abstracto, exterior al mundo real. El hombre es este mundo del hombre,  el estado, la sociedad. Este estado, esta sociedad, producen la religión, una conciencia errónea del mundo, porque constituyen un mundo falso; la re ligión es la teoría general de este mundo, su compendium  enciclopédico, su lógica bajo una forma popular, su punto de honor espiritual, su entusias mo, su sanción moral, su cumplimiento solemne, su razón general de consolación y de justificación...; es la realización fantástica de la esencia humana, porque la esencia humana no tiene realidad verda dera...; la miseria religiosa es, por una parte, la ex presión de la miseria real, y por otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura hastiada por el dolor, el alma de un mun do sin corazón, ló mismo que es el espíritu de una época sin espíritu. Es el opio del pueblo. Carlos Marx , Contribution à la critique dè la Philosophie du droit de Hegel (OEuvres phi...

"La mateixa versió procedimental de la democràcia perilla" (Steven Forti)

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Si por democracia entendemos no solo el respeto de una serie de normas, como las elecciones libres y la alternancia en el poder, sino la búsqueda de la justicia social –es decir, una democracia no solo procedimental, sino sustantiva–, no cabe duda ninguna de que el momento que marca un antes y un después es la segunda mitad de los setenta. El neoliberalismo vació desde dentro la democracia, si bien durante años se presentaba como democrático. Ahora ni eso. En 2005 Colin Crouch habló con acierto de posdemocracia para definir el sistema en el cual vivíamos. Hoy en día hay politólogos como David Runciman que explican que la democracia puede terminar sin que nos demos cuenta, acostumbrados ya a toda una serie de pérdidas de derechos que hemos ido asumiendo como “normal”.  Sin embargo, ahora hasta se está negando la misma versión procedimental de la democracia: Trump no acepta su derrota en 2020, Bolsonaro intenta dar un golpe de Estado tras la victoria de Lula, Orbán no respeta la sepa...

Pacificar l'existència.

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Marcuse encuentra en la expresión darwiniana de la “lucha por la vida” (struggle for life) una definición óptima del modo de vida occidental-capitalista. La vida debe ser “ganada” en una lucha que implica la explotación del hombre y la naturaleza por medio del trabajo. La vida como conquista implica una movilización sin precedentes de la agresividad, de la energía tanática. Hacia afuera, contra todos los enemigos de la productividad ilimitada, empezando por la propia tierra. Hacia dentro, como culpa y mortificación constantes por no hacer lo suficiente, no rendir lo suficiente, no sacrificar lo suficiente. La "struggle for life" no tiene fin. La guerra y la insatisfacción son crónicas, profundas, estructurales. La vida nunca se basta a sí misma. ¿Cómo pacificar la lucha por la existencia? ¿Cómo limitar la pulsión depredadora del capital? Para que la vida no tenga que ser “ganada”, hay cambios políticos y económicos que hacer: contra la pobreza, la desigualdad, la precariedad...