Les màquines pensen?





La máquina de Llull estaba cargada de ilusión. Pero aquella máquina, como las de hoy, era una máquina ilusa. Las máquinas no piensan, simplemente calculan. Con frecuencia, en esta civilización contable que habitamos, se confunde el cálculo con el pensamiento. Se dice que el ordenador “está pensando” cuando se quiere decir “está calculando”. El pensamiento genuino tiene siempre algo de creativo y de participativo. Esa creación supone una recreación. Al pensar, nos recreamos, literalmente. No se trata de un mero entretenimiento, sino que en cierto sentido renacemos. Algo parecido a lo que ocurre cuando recordamos algo. Donald Davidson decía que entender una metáfora era tan creativo como inventarla. Es cierto. Ver una cosa en términos de otra, ¿qué otra cosa podría ser la metáfora? Por eso la lectura es tan saludable, porque hace viajar al pensamiento y todo el mundo sabe que los viajes rejuvenecen, nos vuelven a crear. Hay, además, otro factor. El pensamiento genuino surge cuando callan las palabras. Cuando nos detenemos. De ahí que las máquinas, a pesar de lo que diga el marketing ingenieril, nunca podrán pensar, porque ellas, que están hechas de palabras, no saben recrearse (solo reiniciarse). El poeta Paul Valéry ha expresado mejor que nadie esa aspiración silenciosa del pensamiento. “Les hablo, y si han entendido mis palabras, esas mismas palabras están abolidas. Si han entendido, eso quiere decir que esas palabras han desaparecido de sus mentes, han sido sustituidas por una contrapartida, por imágenes, relaciones, impulsiones, y ustedes poseerán entonces con qué transmitir esas ideas y esas imágenes a un lenguaje que puede ser muy diferente. Comprender consiste en la sustitución más o menos rápida de un sistema de sonidos, de duraciones y de signos por una cosa muy distinta, que es en suma una modificación o una reorganización interior de la persona a la que se habla.” Una reorganización interior, esa es la recreación mediante el pensamiento que ninguna máquina podrá lograr. El pensamiento bien entendido, con cierta distancia escéptica y contemplativa, el único capaz de vivificar y renovar las energías.

Juan Arnau, Ramon Llull: máquina fantástica de pensar, El País 09/04/2012

https://elpais.com/babelia/2021-04-09/ramon-llull-maquina-fantastica-de-pensar.html?fbclid=IwAR3_olIA803ct0T5GE7lhZuKXmnOtiwaGGznEE9qzWeIc0Kh65kB5DUt2jI

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