La política i el biaix del marc.



Los políticos a menudo confían en el sesgo de marco o de encuadre, que nos lleva a extraer conclusiones diferentes según cómo se nos presenten los datos. Este efecto se ha probado a menudo en experimentos psicológicos y sociológicos que muestran cómo los cambios en nuestras preferencias a veces están causados por variaciones en cómo se presenta el problema.
En su libro Pensar rápido, pensar despacio, Daniel Kahneman explica un ejemplo llevado a cabo por su colega y amigo Amos Tversky. En este trabajo, mostraba a dos grupos de médicos un posible tratamiento para el cáncer de pulmón. A unos se les decía que el tratamiento tenía una supervivencia en el primer mes del 90 % y a otros que la mortalidad era del 10 %. Mismo procedimiento, mismos resultados, pero una forma diferente de presentarlos: el 84 % del primer grupo se manifestó a favor del tratamiento; la cifra bajó al 50 % en el caso del segundo grupo, el que había recibido la información con el dato de la mortalidad.
Como escribe Kahneman, "a menos que tengamos una razón obvia para hacer otra cosa, casi todos los humanos aceptamos pasivamente los problemas de decisión tal como vienen enmarcados y, por tanto, raras veces tenemos oportunidad de darnos cuenta de hasta qué punto nuestras preferencias están ligadas al marco más que ligadas a la realidad".
Jaime Rubio Hancock, ¿Monstruos o virus? Cómo las palabras también influyen en nuestro voto, Verne. El País 19/04/2019

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