Decàleg del bon corrupte.

 


Toda persona tiene derecho a robar al contribuyente, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Ser corrupto en España es fácil, no tiene mucho mérito, cualquiera puede practicar la tan admirada picaresca. La competencia es enorme, sin embargo, y sólo los mejores alcanzarán el reconocimiento ¿Cómo diferenciarse, entonces? Hay que demostrar entusiasmo y profesionalidad. El corrupto nace pero también se hace. Y tú, aprendiz, has de saber que en el camino, antes de forrarte, y por fin, disfrutar de tu ático de lujo en Estepona, tendrás que enfrentarse a innumerables obstáculos. No desfallezcas, aquí tienes algunos pasos básicos que te harán convertirte en alumno aventajado.
  1. Tu objetivo principal es lucrarte y la política es un simple medio. No te desvíes de tu camino. Si te mueve otro tipo de motivación, de tipo moral, académica o social, por favor, deja de leer, este no es tu sitio, busca una ONG. En la casta política española no hay hueco para ti. Estorbas.
  2. Mete la cabeza en algún partido, desde joven. Cualquier ideología es válida. No pierdas mucho tiempo en formarte. Pégate a alguien influyente (si es de la Casa Real, te tocó el Gordo, aunque no sé cuánto te durará), sé complaciente y discreto, no llames mucho la atención, por ahora. Ya habrá tiempo de sacar al macarra que llevas dentro.
  3. La familia es lo primero. Incluimos en familia todos aquellos amiguetes compañeros de pupitre y conocidos a los que debes colocar en grandes compañías, bancos y fundaciones. Así te aseguras que el día de mañana tus favores serán devueltos, y de paso por qué no, un puesto en algún consejo de administración.
  4. Insisto, las competencias, aptitudes o experiencia de tus amigos no importan. Aprenderán rápido en donde quiera que les coloques. Ya sea en la cartera de sanidad, educación o agricultura, un sindicato o la patronal. El trabajo es parecido. Tú céntrate en elegir a dedo unos cuantos asesores.
  5. Sé creativo. Roba con estilo y piensa en grande. Un aeropuerto sin aviones, un equipo paralímpico con sólo dos discapacitados, maletines falsificados, periodistas fantasmas, Fundaciones y Cajas de Ahorros fraudulentas, ¡Hasta puedes tocar el furbol! Dale alas a la imaginación y crea nuevos nichos.
  6. Recuerda estas dos palabras: Amnistía Fiscal.
  7. Ten a mano un buen cabeza de turco y un par de ministros pararrayos. Haz que sean provocadores y desagradables. Así toda la sociedad les odiará, incluso más que a ti.
  8. Desvía la atención cuando sea necesario. Repite conmigo, Gibraltar es Español y Cataluña entrará como miembro de pleno Derecho en la Unión Europea.
  9. No des demasiada información al electorado, la gente es muy cotilla. Puedes responder a una pregunta con un "La segunda ya tal" y será suficiente. También puedes hacer que no te entienda ni tu madre y sales del paso: "Recibió una indemnización en diferido mediante un acuerdo entre las partes". La tecnología es tu aliada. El plasma es el futuro.
  10. En caso de que se pongan pesados, restringe sus libertades y sus derechos. Prohíbe. Y Recurre a los puntos 7, 8 y 9 para sortear los golpes.

Si todo esto falla, siempre nos quedará Suiza o Euro Vegas. (Bueno, esto último no, pero porque no hemos querido, eh).

Y lo más importante de todo, querido aprendiz de corrupto, pase lo que pase, nunca, nunca, nunca dimitas.

Cristina Belda Font, Manual del buen corrupto (en diez sencillos pasos), El Huffington post, 24/12/2013

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