El negacionisme i les fonts del coneixement.
¿Qué es lo que niega un negacionista? La respuesta fácil, cómoda, autosatisfecha es: "los negacionistas niegan la realidad" o "los negacionistas niegan los hechos". ¿Pero estamos seguros de poder reconocer siempre un "hecho"? Lo que llamamos "hechos" son cristalizaciones muy complejas en las que el propio cuerpo es solo un testigo lateral o incluso accidental que interviene poco y del que apenas podemos fiarnos. Casi nunca nuestros conocimientos están hecho de "experiencias". Ni siquiera los más empíricos. El genial escritor inglés Keith Gilbert Chesterton decía que un niño sabe que las abejas pican, antes de que ninguna le haya atacado, porque se lo ha dicho su madre. Lo hijos creen en sus padres y por eso acaban repitiendo muchas veces sus mismos errores. Pero si esto ocurre a la escala del propio cuerpo, ¿qué sucederá allí donde el acceso al conocimiento solo puede hacerse por vía interpuesta y sin posibilidad de una experiencia directa? Este es el caso precisamente de la Ciencia y de la Historia. ¿Por qué sabemos que la teoría de la evolución de Darwin está bien fundada? Porque nos lo han dicho en la escuela. Pero en 1850, por ejemplo, los niños ingleses "sabían" que el mundo había sido creado por Dios en siete días hacía 4004 años y durante el mes de octubre; y que el último día había creado a los humanos, primero al hombre y después a la mujer. Lo sabían por la misma razón: porque se lo habían dicho sus madres o se lo habían dicho en la escuela. ¿Y por qué sabemos que Constantinopla cayó en manos de los turcos en 1453, que Lenin encabezó una revolución en Rusia en 1917 y que Hitler mató entre cinco y seis millones de judíos (además de gitanos, eslavos, comunistas y homosexuales) entre 1933 y 1945? Porque nos lo han dicho en la escuela. Ninguno de nosotros es tan viejo que haya podido vivir esos acontecimientos; y ninguno de nosotros conoce a un testigo de esos acontecimientos. Así que todo nuestro conocimiento es indirecto y depende, por así decirlo, de fuentes que consideramos autorizadas.
La cuestión, pues, son las fuentes. Todo lo que sabemos lo aprendemos de alguien: una madre, un libro, un maestro. Ahora bien, mientras que nuestra madre, como nuestro cuerpo, es una fuente subjetiva, la Ciencia y la Historia constituyen fuentes objetivas. Eso no significa que su contenido, en cada momento y cada época, sea siempre verdadero: antes de que se descubrieran las bacterias la Medicina consideraba probado el contagio a través de "miasmas" y solo en los últimos años los historiadores y antropólogos han podido evaluar en toda su envergadura el daño demográfico de la conquista española de América. Cada contenido de las ciencias, duras o blandas, está en permanente discusión en el seno de una comunidad de intercambio, colaboración, deliberación, verificación y refutación, garantía de la fundamentación provisional de los saberes y, si se quiere, del progreso cognitivo de la humanidad. Las ciencias las hacen cuerpos subjetivos (nacidos del vientre de madres) que a veces se equivocan o se engañan o engañan deliberadamente; pero conforman una "comunidad objetiva" cuyos procedimientos de autocorrección colectiva aseguran la contención de las subjetividades y sus alucinaciones. Los logros de esa "objetividad" se trasladan a la sociedad a través de la escuela, y es esa la razón de que sea tan importante defender una enseñanza pública, laica, universal y gratuita. El niño que va a la escuela se separa de sus padres y pasa del mundo de la subjetividad (donde a veces se aprenden cosas reales, como que las abejas pican, y otras veces cosas absurdas, como que los hombres son superiores a las mujeres) al de la objetividad (donde aprendemos qué es una abeja y por qué las necesitamos). Esa es la autoridad que nos permite sostener que "sabemos" algo cuando nos lo dice un maestro o un historiador o un funcionario de la OMS y no cuando nos lo dice una página web antivacunas. Cuando esa autoridad cede, cuando se vuelve de pronto "increíble", no vence la ignorancia sino el fascismo.
Santiago Alba Rico, Negacionismos y democracia, Público 23/08/2023
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