Realitat quantificable.





(El) “fetichismo de la medición” convierte todas las evaluaciones cuantitativas estandarizadas en los criterios fundamentales para la evaluación. De ahí la profusión de los rankings con los que se pretende establecer desde la calidad de las instituciones educativas hasta cuales son las mejores ciudades para vivir.
El problema es que la realidad no es tan sencilla. Y si bien hay fenómenos donde nos basta con medir, existen muchos otros donde las propiedades más importantes del proceso trascienden dicha actividad.
Un ejemplo de lo señalado es el caso de la educación. ¿En verdad pensamos que puede reducirse la calidad de los procesos educativos a características cuantificables? ¿Se reduce la calidad de un profesor, al número de estudiantes aprobados en sus clases, o a la cantidad de cursos de capacitación realizados?
Y nos encontramos ante la paradoja de que podemos diseñar cada vez más procesos algorítmicos de medición dejando sin comprender aspectos fundamentales que escapan precisamente a dichos procedimientos. 
Leonardo Díaz, El fetichismo de la medición, Paradigmas.acento 10/01/2019

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