Efecte Flynn negatiu.





¿Por qué el CI subió durante años?

James R. Flynn descubrió que el CI promedio aumentaba alrededor de 1 a 3 puntos por década en países desarrollados como EE.UU., Noruega y Francia (Flynn, 1987).

¿Las razones?

1. Educación: Más acceso y mejores métodos de enseñanza

Con el siglo XX llegaron cambios drásticos en la educación.

Se extendió la escolarización obligatoria y los métodos de enseñanza comenzaron a centrarse en el pensamiento abstracto. Se dejó la simple memorización y se promovió el análisis y resolución de problemas (Neisser et al., 1996).

2. Nutrición y salud: Fundamentos para un cerebro en desarrollo

Una mejor alimentación jugó un papel clave en el aumento de la inteligencia.

La erradicación de deficiencias nutricionales como la falta de yodo y hierro contribuyó al desarrollo cognitivo (Benton, 2010). Por ejemplo, se sabe que la suplementación con estos nutrientes en niños con deficiencias mejora su CI (Zimmermann et al., 2006).

3. Exposición a información y estimulación intelectual

El mayor acceso a la información fomentó el aprendizaje (Greenfield, 2009). En no tantas décadas, una gran cantidad de población ha pasado de estar aislada a nivel informativo a tener acceso a información de todo tipo a bajo coste.

4. Ambientes más exigentes y complejidad del trabajo

Con la automatización de tareas repetitivas, el mundo laboral exigió más habilidades analíticas, fomentando el desarrollo de la inteligencia. Trabajos modernos requieren capacidad de análisis, toma de decisiones y resolución de problemas (Autor, 2014).

Pero esa curva ascendente de CI empezó a caer…

Puntuación de CI desde 1938 a 1985 (Sundet, 2014)

2. El declive del CI

Diversos estudios en Europa y otros países muestran que el CI está bajando en generaciones recientes. Hay múltiples hipótesis, pero aquí están las más apoyadas:

1. El sistema educativo

Sí, tenemos más acceso a educación, pero… ¿qué estamos haciendo en clase?

Los profesores deben llevar una cuantificación exhaustiva de los alumnos, lo que se traduce en más exámenes y evaluaciones. Ante esta situación, los alumnos optan por memorizar para aprobar en lugar de entender en profundidad, ya que memorizar es más eficiente para aprobar (Hirsch, 2019).

La dinámica se convierte en memorizar, pasar la prueba y memorizar para la próxima, lo que empobrece la reflexión y la aplicación de lo aprendido (Willingham, 2009).

¿Resultado? Personas con peor capacidad de análisis y resolución de problemas.


2. El impacto de la tecnología

Nunca en la historia hubo tanta información. Pero, ¿la estamos usando bien?

  • Distracción constante: La multitarea y el consumo rápido de contenido digital reducen la capacidad de concentración y aprendizaje profundo (Carr, 2010). Se sabe que quienes hacen multitarea tienen más dificultades para concentrarse y retener información (Ophir et al., 2009).

  • Lectura superficial: La lectura ha sido reemplazada por contenido no estructurado, lo que daña la capacidad de memorización y al razonamiento de lo leído (Wolf, 2019; Greenfield, 2009; Sweller, 1994). En lugar de leer un libro, son todo mensajes breves con links que te llevan de un lado a otro sin orden.

  • Dependencia tecnológica: Cada vez es más común tener que recurrir a internet para cualquier duda. Es el efecto Google: La tendencia memorizar cómo buscar información en lugar de recordarla (Sparrow et al., 2011). A más esfuerzo mental delegas a la tecnología, menos estimulas tu cerebro.

La tecnología no es mala, pero su mal uso podría estar perjudicándonos.


3. Factores Ambientales

  • Dieta ultraprocesada: El coste de dietas con mucha grasa y azúcares es menor que el de alimentos de calidad, lo que ha hecho que el consumo de granos refinados, sal, azúcares y grasas saturadas aumente. En altos niveles, dañan la memoria, atención y producen neuroinflamación (Francis & Stevenson, 2013).

  • Exposición a contaminantes: Plomo, mercurio, pesticidas y microplásticos pueden alterar el desarrollo neuronal en la infancia y reducir el CI de las personas (Grandjean & Landrigan, 2014). El caso más sonado es el del atún, que, junto con otros peces como el salmón, acumulan cantidades de mercurio que pueden ser peligrosas en un consumo elevado (Tollefson & Cordle, 1986).

  • Menos ejercicio físico: la actividad física mejora la función cerebral y la neurogénesis (creación de nuevas neuronas), pero el sedentarismo moderno daña este funcionamiento (Hillman et al., 2008).

Contaminación, estilo de vida, dietas desequilibradas… todo podría estar involucrado.

El Efecto Flynn se ha invertido y sus causas no están claras, lo que sí está claro es que buena parte depende de tus hábitos, ambiente y decisiones diarias.





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