Antonio Damasio: "L'escorça cerebral no és la que fa possible la consciència"


Antonio Damasio


La consciencia es lo que nos permite ser individuos completos. No podemos serlo sin tener esta noción de quiénes y cómo somos. La consciencia es lo que permite que nuestras mentes pertenezcan a un cuerpo en particular. Estoy consciente ahora mismo porque sé que mi mente está en mi cuerpo, y no en el suyo. La unión de la mente y el cuerpo es muy importante. Es lo que nos da la individualidad que solo es posible una vez que estamos conscientes.

Nuestro sistema nervioso nos permite conectarnos con nuestro cuerpo. Nuestra consciencia no es algo etéreo que esté flotando por ahí; es algo que está siendo fabricado por nuestro sistema nervioso dentro de nuestro cuerpo. Y una buena parte de la esencia de la consciencia es, de hecho, el conocimiento que tenemos de nuestro propio cuerpo en funcionamiento. Este libro es la continuación de un trabajo de muchas décadas. Parte de él ha aparecido en libros anteriores, pero mejora los conocimientos que se han presentado en otros libros, porque en realidad explica el mecanismo por el cual se puede adquirir consciencia. Tiene que ver con las sensaciones homeostáticas y el tipo de estructura nerviosa necesaria para ello.

La homeostasis nos permite darnos cuenta de que hay que respetar ciertas reglas para que la vida continúe. Las sensaciones homeostáticas son, por ejemplo, el hambre, la sed, el dolor, sentirse bien, sentir malestar. Todos esos sentimientos son sistemas de alerta, sirven para avisarnos sobre las cosas que necesitamos, como beber agua o darnos un respiro si tenemos dolor. Nos alertan sobre lo que es necesario para que la vida continúe. Por lo tanto, podríamos ver la consciencia como el resultado de una serie de alertas, unos centinelas que te advierten de que algo anda mal o, por el contrario, que todo va bien y, por lo tanto, puedes explorar el mundo.

Las bacterias no tienen consciencia ni sentimientos. ¿Y sabe por qué? No tienen sistema nervioso. Se puede decir que solo hay consciencia en los organismos que son lo suficientemente complejos como para tener un sistema nervioso, que es el que les permite tener sentimientos y consciencia. Los árboles y plantas son muy complejos, tienen vida, y esa vida es relevante, pero no tienen consciencia. En cambio, los animales tienen sistema nervioso y son conscientes. Ellos, por supuesto, no tienen el mismo grado de conocimiento, memoria, raciocinio y capacidad de lenguaje que tenemos nosotros. Pero eso no significa que no sean conscientes. Son muy conscientes.

¿Los sistemas de inteligencia artificial llegarán a ser conscientes alguna vez? Solía pensar de manera muy radical: no. Y mi argumento es que los organismos de inteligencia artificial los creamos nosotros, pero no tienen vida, y tampoco tienen vida en sociedad. No viven pero, además, los sistemas informáticos complejos no tienen relaciones sociales con otros sistemas informáticos. Todos son organismos individuales que no están vivos. Por lo tanto, la probabilidad de que desarrollen la consciencia es muy baja. Pero, por otro lado, es posible, dada la enorme inventiva de los humanos, imitar ciertas condiciones. Por eso ahora soy más cauteloso; puede existir la posibilidad de crear consciencia en organismos artificiales, pero no será como la consciencia humana. Va a ser un tipo diferente de consciencia porque no están vivos y no tienen relaciones sociales.

La consciencia tiene que ver con sensaciones de bienestar, de dolor, de incomodidad. Por eso es muy difícil de imaginar que una criatura que está hecha de piezas de metal y en la que no hay ninguna vulnerabilidad tenga consciencia. Tenemos un nivel de complejidad muy diferente y tenemos una cosa maravillosa que es la forma en que vivimos en sociedad con los demás, la manera en que detectamos que otros pueden sufrir y son vulnerables como nosotros y, por lo tanto, creamos un conjunto… Siempre estamos bailando alrededor de otros. Y eso es lo que crea las sociedades. Sabemos que esas sociedades no son perfectas, basta con mirar a nuestro alrededor. No obstante, existe esa conexión social.

Sabemos ahora que nuestra consciencia se construye a partir de señales que vienen del interior del cuerpo y que llegan a través de lo que se llama interocepción, que es la forma de reunir información desde el interior del cuerpo. Esto nos brinda una manera de tratar las enfermedades que afectan al sistema nervioso en esas condiciones. El tronco cerebral es la clave para generar consciencia. Mucha gente pensaba erróneamente que era la corteza cerebral, que es muy importante para nuestra percepción del mundo y nuestra imaginación, pero no es lo que nos da consciencia. La consciencia proviene principalmente del conocimiento que tenemos de nuestro cuerpo en un momento determinado.

Patricia Fernández de Lis, entrevista a Antonio Damasio: "Los organismos artificiales pueden tener consciencia, pero no como la humana", El País 02/12/2025

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