Què constitueix la meva identitat?




 

Supongamos que un rayo cae sobre un árbol muerto en un pantano; yo estoy parado cerca. Mi cuerpo queda reducido a sus elementos, mientras que por pura coincidencia (y a partir de diferentes moléculas) el árbol se convierte en mi réplica física, Mi réplica, el Hombre del Pantano, se mueve exactamente como yo; de acuerdo con su naturaleza, sale del pantano, encuentra y parece reconocer a mis amigos, y parece devolverles el saludo en inglés. Se muda a mi casa y parece escribir artículos sobre interpretación radical. Nadie nota la diferencia.

Pero hay una diferencia. Mi réplica no puede reconocer a mis amigos; no puede reconocer nada, ya que, para empezar, nunca conoció nada. No puede conocer los nombres de mis amigos (aunque, por supuesto, parece que sí), no puede recordar mi casa. No puede querer decir lo mismo que yo con la palabra «casa», por ejemplo, ya que el sonido «casa» que profiere no fu aprendido en un contexto que le diera el significado, o ninguno en absoluto. De hecho, no veo cómo puede decirse que mi réplica significara nada [que sus palabras tengan algún significado] con los sonidos que hace, ni que tuviera algún tipo de pensamiento. (Donald Davidson)

Davidson dice que el hombre del pantano no puede pensar porque está defendiendo una versión de la teoría externalista del significado: las palabras no significan algo debido a que se da un determinado estado interno de la mente o del cerebro, sino que deben su significado a una historia causal. Así, yo conozco a mis amigos porque llevo mucho tiempo siendo amigo suyo, porque comparto muchas experiencias vitales con ellos. Hay un proceso causal que va configurando mi comprensión de mis amigos que va desde el primer momento que los conocí hasta la actualidad, y todo ese proceso ocurre, como mínimo en parte, fuera de mi mente (de aquí externalismo. Aunque parezca extraño hay muchos filósofos que defienden que muchos procesos cognitivos no se dan en el cerebro). El hombre del pantano carece de todo ese aprendizaje pasado, por lo que no puede saber absolutamente nada de lo que sabía el auténtico Davidson.

Cuando hablamos de la identidad de alguien solemos hablar de una continuidad biológica o biográfica: yo soy yo porque he sido el mismo organismo biológico durante toda mi existencia, o yo soy yo porque he sido el protagonista de mi vida, el sujeto de todos los acontecimientos vitales que han formado mi biografía. William James, el gran padre de la psicología norteamericana, sostenía que nuestra consciencia es como un río, un chorro continuo de experiencias subjetivas, subrayando su continuidad como elemento esencial. Bien, pues el hombre del pantano no tiene ninguna continuidad con Davidson, ya que comienza a existir en el momento en el que el rayo combina sus moléculas. Hay una clara ruptura biológica y biográfica con el Davidson original.

Vale, respondemos, pero quizá no es así. Los recuerdos, las vivencias que han constituido la personalidad y la identidad de Davidson sí que han tenido continuidad, porque si el cerebro del hombre del pantano es idéntico al de Davidson, todos sus recuerdos y vivencias están allí almacenados. Si partimos de una perspectiva materialista o naturalista de la mente, las experiencias se codifican de alguna manera que la ciencia todavía no tiene muy clara, dentro del cerebro. Dos cerebros absolutamente idénticos a nivel físico tendrán exactamente los mismos recuerdos, por lo que el hombre del pantano tendrá exactamente la misma forma de ser, pensar y actuar que Davidson… ¡Incluso creerá firmemente ser Davidson!

Problema para el materialismo-naturalismo: propongamos una variante. Resulta que el rayo no mató al Davidson original, sino que éste aparece, de repente, manchado de ramas, hojas y barro ¿Cual de los dos Davidsons es ahora el auténtico Davidson? Todos diremos al unísono: ¡El original! ¡El renacido que creíamos muerto! ¡El otro solo es una vulgar copia! ¡Un impostor! Pero, parad un momento, ¿no habíamos dicho que el hombre del pantano tenía los mismos recuerdos y vivencias que el original? Claro, ¿y qué? ¿Entonces por qué decimos que el original es mas Davidson que el hombre del pantano? ¿Qué es lo que tiene uno de lo que carece el otro para ser el auténtico Davidson? ¡Ehhhh…! ¡Malditos filósofos liantes! 

Santiago Sanchez-Migallón Jiménez, El hombre del pantano, La máquina de Von Neumann 06/06/2024

 

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